Por: Arnaldo Gutiérrez
Después de tantos acontecimientos recientes, al oír las palabras de monseñor Romero en los 80s, me parece escuchar la caja de resonancia de nuestros días, estos países latinoamericanos que sólo han servido de experimento y de campo de prueba y jardín para el enriquecimiento no sólo de uno, sino de varios imperios porque hay que tener claro que hemos sido enclaves y colonias de varios a lo largo de la historia, con el devenir de los años las cosas han ido cambiando y países que han sabido irse zafando de esas ataduras han ido aprovechando las migajas que sus amos han ido dejando y las han convertido en democracias y en bienestar convirtiéndose de países en vías de desarrollo, en países desarrollados, sumado a ello la bendición natural de las riquezas que sus antiguos dueños habían encontrado y que no pudieron explotar de un todo. Hoy estos países están creando sus propias formas de democracia y sus propios estados arraigados en un socialismo inherente e inoculado en el tuétano del hueso latinoamericano por años de explotación y miseria; escuchaba hoy en una radio local un poblador que en sus sencillas palabras y al punto del llanto por la indignación decía: “A mí nadie me dobla por dinero”, “soy una persona de una sola pieza” esa dignidad del pueblo humilde, ese rencor arraigado en el corazón de cada hondureño explotado, ese sentimiento nacido y no adoctrinado de cada uno de nuestros campesinos, indios, estudiantes, obreros, trabajadores, es inherente, no enseñado, como quieren vendernos ahora la idea las clases oligarcas y burguesas del país. Honduras, estratégicamente es el centro del mundo, y el centro de nada, porque no somos más que el centro que estará más cerca de una amenaza o más lejos de no serlo, no somos no más eso, no somos importantes, por nuestra fauna, ni por nuestra gente, ni por nuestras riquezas, ni por nuestros bananos, somos importantes porque estamos a pocos kilómetros de ser una amenaza para la gran nación del Norte, el patio trasero, ahí donde nadie limpia y donde todos tiramos lo que ya no sirve, geopolíticamente ese es nuestro destino y esa es nuestra importancia, para cualquiera de los dos bandos, la diferencia es que los capataces que ahora nos gobiernan se han visto amenazados y han recurrido a los más sucios ardides para retomar lo que creían perder, pero lo han hecho como niño caprichoso, y pierden el apoyo del padre dadivoso que se cansa de los caprichos del niño malcriado, habría que ver y esperar hasta qué punto la familia global permite otro desaguiso de estos mocosos malcriados contra un pueblo pobre y cansado, y habría que esperar hasta que punto un pueblo cansado resistirá el abuso de este mal parto.
Hoy Honduras se convierte entonces en la cuñita que sostiene la peña de toda una democracia a nivel latinoamericano, una piedrita que de caerse podría representar la caída de años de construcción de las democracias de estos países y un retroceso a las fuerzas obscuras de los golpes de Estado y las dictaduras militares, donde los híbridos de los golpes cívico militares, y los golpes de mercado o mediáticos estarían a la orden del día.
Hoy Honduras se convierte entonces en la cuñita que sostiene la peña de toda una democracia a nivel latinoamericano, una piedrita que de caerse podría representar la caída de años de construcción de las democracias de estos países y un retroceso a las fuerzas obscuras de los golpes de Estado y las dictaduras militares, donde los híbridos de los golpes cívico militares, y los golpes de mercado o mediáticos estarían a la orden del día.
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