"Quiero imprimirle al pueblo fuerza, confianza, fe, amor por este país, amor con métodos pacíficos y democráticos, amor cristiano en esta Navidad para que Honduras esté de pie exigiendo estas reformas", manifestó.
"Hay que exigirle a esta nueva administración (la del presidente Porfirio Lobo que asumirá el 27 de enero) que cumpla y continúe con todos estos procesos de reformas económicas y sociales".
Zelaya, derrocado por los militares el 28 de junio y expulsado a Costa Rica, reiteró que su derrocamiento fue impulsado por la elite económica y sectores de derecha en el país y en el extranjero.
El líder defenestrado ensalzó los cambios que dice haber impulsado para ayudar a los pobres en el país, entre los que mencionó rebajas en los precios de los combustibles, aumentos al salario mínimo, préstamos para a los pequeños productores y sus intentos fallidos por darle participación al pueblo en una consulta encaminada a promover reformas políticas.
Zelaya considera que ese camino de reformas ya se abrió y no tiene marcha atrás, aunque le pidió a sus seguidores seguir promoviendo ese proceso pacíficamente.
Al atardecer, cerca de un centenar de partidarios suyos se congregó en una de las calles de ingreso a la embajada brasileña bloqueada con vayas de seguridad por los militares. Los manifestantes coreaban "¡Mel (Zelaya), aguanta, el pueblo se levanta!". Se colocó un equipo de discoteca con luces y la gente bailó temas alusivos al líder derrocado y otros con motivo de la Navidad.
La hija menor de Zelaya, Xiomara Hortensia, se acercó a los manifestantes para agradecerles el gesto de apoyo a su padre. Ella, su hermana mayor, su mamá y su abuela paterna iban a pasar la Nochebuena con el presidente derrocado.
Miriam Lagos, una trabajadora social de 38 años, compró velas y fósforos para repartirlos entre los manifestantes. "El objetivo es hacer alegre el momento a pesar de la represión", manifestó a la AP.
Los militares extendieron el perímetro de seguridad casi pegado a la calle, por lo que los seguidores de Zelaya tuvieron que celebrar su acto a un costado.
El presidente de facto Roberto Micheletti brindó por la noche un mensaje de Navidad en cadena de radio y televisión. "A nuestros líderes y futuros gobernantes que Dios les guíe para proteger a nuestra nación, conservar la paz, la justicia y la libertad y buscar insistentemente el bienestar de la familia, especialmente a las más pobres".
Pese a que la comunidad internacional no reconoce su gobierno de facto, Micheletti le envió un "mensaje de fraternidad y solidaridad".
A pesar que sus posibilidades de retomar el poder para concluir las pocas semanas que restan de su truncado periodo presidencial parecen cada vez más remotas, Zelaya dijo que se mantiene en la embajada para insistir en las reformas que Honduras necesita.
Planteó que Honduras tiene que continuar en su apertura hacia Sudamérica y desprenderse del "dominio hegemónico" que tiene Estados Unidos sobre el país.
"¿Qué mal nos hacía a nosotros que Venezuela nos diera el petróleo a la mitad de precios, que nos diera el Alba (Alternativa Bolivariana para las Américas) para mantener proyectos de educación, de salud, de alfabetización, de la Operación Milagro (plan sanitario entre Cuba y Venezuela para atender problemas oculares), de la sustitución de bombillos eléctricos?", cuestionó.
"¿Qué mal hacía que nos estuviera financiando (el presidente venezolano) Hugo Chávez la mitad del petróleo y con préstamos a 1% del interés?", agregó.
"Estados Unidos nos ayuda, hay que reconocerlo, al igual que Europa. Pero, ¿cuánto nos da al año? Unos 30 y 40 millones de dólares. ¿Cuánto nos está dando Chávez? En los primeros seis meses (de gobierno) nos dio 150 millones de dólares de cooperación y ayuda", expresó.
El Congreso se dispone a debatir a comienzos de enero el retiro de Honduras como miembro del Alba, una iniciativa de intercambio cultural, político y comercial.
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