GUATEMALA (AFP) - El derrocado presidente hondureño, Manuel Zelaya, manifestó este viernes en Guatemala que no abandonará la lucha por lograr su restitución en el poder y destacó que el régimen de facto de Roberto Micheletti ha fracasado en su intento por obtener reconocimiento internacional.
"Como decimos en Honduras, por las buenas o por las buenas, voy a regresar. He tenido la paciencia y la tolerancia con el fin de procurar un arreglo a través del plan" propuesto por el presidente costarricense y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, dijo Zelaya.
"El gobierno de Michelleti está aislado. Ya se retiraron todos los embajadores y se pararon los trámites de operaciones del régimen golpista en muchos países", añadió el presidente hondureño derrocado en una conferencia de prensa conjunta con el mandatario guatemalteco, Alvaro Colom.
Zelaya lamentó que en respuesta a las sanciones y el aislamiento internacional "ha habido más represión contra el pueblo hondureño" por parte del régimen golpista.
Zelaya llegó este viernes a Guatemala procedente de Washington, donde habló el jueves con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y tras la reunión con Colom viajaría a Nicaragua, dijeron funcionarios del gobierno.
En coincidencia con su visita a Washington, Estados Unidos cortó toda la ayuda económica al régimen de Honduras como consecuencia del golpe de Estado del 28 de junio.
Zelaya recordó que ha tratado infructuosamente de volver a Honduras, pero se lo han impedido los militares, y señaló que no lo ha vuelto a intentar "para darle campo al derecho y a la paz".
Subrayó que "jamás" va a aceptar su destitución y destierro, por lo que seguirá luchando por el restablecimiento del orden constitucional en Honduras y agradeció la solidaridad de Colom, quien reiteró que Guatemala sólo le reconoce a él como presidente de Honduras.
"Mi gobierno no acepta el golpe militar, el presidente (Zelaya) debe regresar antes de las elecciones, pues de lo contrario el proceso eleccionario estaría deslegitimizado", manifestó Colom.
La comunidad internacional ha advertido que no reconocerá las elecciones convocadas para el 28 de noviembre si son llevadas a cabo por el régimen de facto.
Zelaya destacó que "todos los países de América Latina y Europa están unidos en evitar que alguien que dio un golpe se legitime, porque sería un mal precedente para las democracias, aunque un buen negocio para los golpistas salir impunes".
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