Las violaciones van desde asesinatos, tratos crueles, lesiones, golpes y heridas de bala, hasta hostigamiento, persecución policial y militar, detención ilegal y uso abusivo de la fuerza.
De acuerdo con UNICEF, la situación de la infancia se ha deteriorado profundamente desde el cuartelazo del 28 de junio contra el presidente constitucional, Manuel Zelaya.
Los servicios sociales no están funcionando, el sistema sanitario está al borde del colapso y hay dificultades con los pagos y los abastecimientos, dijo Sergio Guimaraes, representante de ese organismo de la ONU en Honduras.
La crisis política agravó los problemas estructurales en uno de los países más pobres de América Latina, donde como promedio mueren 13 niños por día.
De acuerdo con UNICEF, en los últimos cuatro meses fallecieron unos mil 600 menores de cinco años en esta nación centroamericana.
“Las unidades materno infantiles ya no dan a basto para atender las demandas de servicios de salud”, señala un comunicado del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Esta emergencia silenciosa, que tiene causas crónicas y estructurales, se ve agravada por violaciones directamente relacionadas con la actual situación del país, agrega el texto.
UNICEF menciona como otra grave transgresión a la Convención de los Derechos de la Infancia el hecho de que un millón 800 mil niños y niñas hayan perdido prácticamente el curso escolar debido a que el régimen de facto decidió adelantar el fin de las clases.
La prolongación de la crisis, ya por cuatro meses, confirma una vez más que cuando los adultos entran en conflicto y desatan acciones violentas entre sí, son los menores quienes finalmente pagan el precio más alto por esos desatinos, señala la UNICEF.
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