La llegada de la delegación de Estados Unidos a Honduras, encabezada por el secretario adjunto para América Latina, Thomas Shannon, logró despejar la nube de discordia que reinaba en la mesa de diálogo entre los representantes del depuesto presidente Manuel Zelaya y los funcionarios del régimen golpista. Tras idas y vueltas, las partes firmarán un acuerdo.
El ex mandatario, atrincherado desde el 21 de septiembre en la Embajada de Brasil de Tegucigalpa, será quien transmita el mando al próximo gobernante de Honduras, aseguró el asesor de Zelaya, Rasel Tomé.
"En las próximas horas las dos partes firmarán el acuerdo, con Shannon y el representante de la Organización de Estados Americanos (OEA) como testigos", afirmó Tomé a la agencia de noticias estatal Télam.
Otro de los puntos resueltos es que el Congreso será quien decida sobre la restitución del depuesto presidente al poder. La OEA será la encargada de enviar el acuerdo firmado al órgano legislativo y,"en caso positivo, tendrán que anular el decreto del 28 de junio que aceptó el desplazamiento de Zelaya y el nombramiento de Roberto Micheletti", explicó Tomé.
Para Arturo Corrales, miembro del equipo de Micheletti "ya no hay problema porque hemos decidido que si procede o no (la restitución) lo debe decidir una institución competente del país. Nosotros decíamos la Corte, ellos el Congreso; ahora le aceptamos: bien, vamos al Congreso”, reiteró el funcionario.
Hasta la venida de los delegados norteamericanos, el diálogo entre las dos partes en conflicto se había suspendido. Hace ocho días la delegación de Micheletti proponía como única opción que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) fuera la que decidiera si Zelaya era restituido, pero el bastión zelayista se oponía terminantemente a esta solución porque el poder judicial amenazaba con iniciar 18 causas legales contra el depuesto mandatario.
Las advertencias de Shannon y su equipo -el subsecretario adjunto, Craig Kelly, y el asesor del presidente Barack Obama para la región, Dan Restrepo- sobre que el "tiempo se estaba acabando” para las elecciones del 29 de noviembre, se sumaron a la presión internacional que podría no reconocer un nuevo gobierno sin la previa aceptación del presidente constitucional.
"Veremos si el régimen golpista acepta llegar a una solución democrática o le da una nueva cachetada al mundo", concluyó Tomé.
TRASPASO DEL PODER MILITAR. Micheletti puso este jueves a las fuerzas armadas y a la policía a disposición del Tribunal Supremo Electoral (TSE). El mandatario siguió el mandato de la Constitución hondureña, que ordena realizar ese pasaje treinta días antes de una elección.
Esta subordinación formal del TSE adquiere otro significado en el marco de la posibilidad de que se firme un acuerdo con Zelaya para su restitución en la presidencia, ya que el gobierno de facto no contará con el manejo de los militares y fuerzas de seguridad.
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