Jóvenes, ancianos, mujeres, niños, hombres, todos los hondureños que celebraban dos cosas
a) El triunfo del abstencionismo
b) la derrota de Elvín Santos
Reivindican el orgullo de no haber salido a votar el domingo 29 de Noviembre a blanquear el golpe de Estado. Han recorrido hasta estas horas El Hato de En medio, Kennedy y el Boulevard Centroamérica. El abstencionismo es una realidad alcanza los 70 puntos del padrón electoral.
Para poder cambiar los datos por dos días el TSE ha trabajado a puertas cerradas, el centro de cómputo y el portal dejaron de funcionar sin explicación alguna desde ayer y parece que solamente funciona el del Hotel Maya. Al final nos salen con el cuento que la participación llegó al 61%, historia que nadie cree después de haber comprobado como los centros de votación permanecían casi vacíos y saber ahora que los militantes y simpatizantes del partido liberal no salieron a votar.
El Tribunal Electoral concluyó, de manera poco profesional y casi en sordina, que el abstencionismo fue del 38.7 por ciento, mientras que el Consorcio Hagamos Democracia determinó que éste fue de 52.4 por ciento. Las dos instituciones partían de una muestra representativa que contabilizaba el 61.86 por ciento de los votos en el nivel electivo de presidente. El presidente del TSE, Saúl Escobar, dijo el domingo anterior, al leer los resultados, que esa diferencia sería aclarada ayer. Después de un día nada se ha aclarado y nada se acalorará y tampoco le interesa a los golpistas que se aclare como tampoco le interesa a los profesionales del periodismo acostumbrados a escribir o decir lo que el patrón les dicta y ordena.
La falta de profesionalidad del TSE, el silencio con el que manejan el lento conteo de votos, la poca transparencia dan razón a todos los que pensamos que la avalancha abstencionista paralizó la capacidad de respuesta del Tribunal y así tuvieron que cambiar rumbo para poder enmendar los datos hacia lo que ellos quieren: hacer creer que si hubo participación.
Basta analizar el número absoluta del censo electoral, cruzarlo con las proyecciones de votantes de cada partido y concluir con algo contundente: de dos una: O Hubo abstencionismo y lo enmascaran o el pueblo liberal castigó a los golpistas y votó en blanco, nulo o por cualquier candidato menos por Santos, los diputados y alcaldes que lo acompañaron y que ahora andan desaparecidos.
La cruda realidad para los que creían que podían seguir manipulando a la población es que hoy el pueblo marcha en caravana mostrando que no ha votado, llama a las radios reivindicando su no participación a la farsa del domingo y es que esa abstención, de castigo una, y plenamente revolucionaria otra, permitió que ganará el partido nacional de Pepe Lobo. Partido que ideológicamente es el hermano gemelo del derrotado golpista y que tuvo la inteligencia de participar en el golpe de Estado poniendo en primera fila a Micheletti Baín y su banda de diputados que no se dieron cuenta como los utilizaban o no quisieron darse cuenta porque eran más apremiantes seguir las órdenes de sus financiadores.
La sede del partido liberal está desierta, Marlon Lara anda desaparecido. Quimistán, Santa Bárbara, San Marcos de Ocotepeque prefirieron entregar las alcaldías a los nacionalistas que avalar un golpe de Estado. La gloriosa Sabana grande no es para menos y no hay que olvidar que es la cuna de Modesto Rodas Alvarado. En la Paz don Filiberto pudo coronar su sueño tránsfuga dejando con la boca abierta a Roberto Suazo Córdova tristemente recordado por ser el promotor, junto con Álvarez Martínez, de la represión de los años 80.
Adán Fúnez calculó mal y su pueblo no le perdonó que abandonara la resistencia una semana antes de las elecciones. Hoy se queda solo, igual el chino Ham al que se le recordará por ser el enterrador de la UD que puede ser rescatada por Doris Gutiérrez que ha aprendido a calcular bien para lograr sus objetivos.
Elvín Santos en tanto llora, pagó su novatada acompañada con la incompetencia de sus asesores que no permitió conocer realmente lo que estaba pasando en el país. Santos se convirtió en un eco de los golpistas y pensó que con un discurso vacío la gente iba a darle el voto convencido que el golpe no era un factor importante, pero se equivocó.
Elvin tiene que agradecerle mucho a Micheletti el golpista. El arquitecto de la reverenda paliza que recibió el partido colorado es nada más y nada menos que la gran "perla" del Ulúa Micheletti Baín.
Requiescat in pace
Tomado de Hibueras.blogspot.com
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