De manera escueta y con temor, un ciudadano se acerco hacia mí para denunciar que en su colonia, este tipo de vehículos circulan amedrentando a su pacifica comunidad de un populoso barrio de Tegucigalpa.
El demandante describe que el enorme rifle que portan los conductores, es visible por la puerta principal del conductor.
“Esto no se miraba ni en los ochentas en nuestro país estamos a la dadiva de Dios” aseguró el manifestante quien participaba pacíficamente en las marchas que coordina El Frente Nacional en contra del Golpe de Estado.
Los sicarios han vuelto, y son visibles ante la comunidad de una nueva era que ya no teme a estos intentos de asesinato, sin embargo el silencio de los neumáticos que cobardemente transitan en los barrios que se oponen al régimen represor de la burguesía, han arrebatado su paz.
La deshumanización de la oligarquía cuando dicta las órdenes de asesinato a los que participan en la resistencia es un hecho que Micheletti cumple como un fiel polizonte que comprueba el olvido de las dolencias de los hondureños que nunca les ha importado.
Fuentes de entero crédito que en el mes de julio revelaron un plan gubernamental y empresarial para incrementar la represión del movimiento popular, se está acentuando.
El entrenamiento de 120 sicarios, a quienes se les adiestra a diario a partir de las tres de la madrugada en la casa del coronel retirado Amílcar Zelaya, situada en la aldea de Amarateca a unos 25 minutos de Tegucigalpa está surtiendo efecto.
La residencia de este ex militar fue conocida en la década de los ochentas por ser un centro de tortura.
Esta información salió publicada en varios medios electrónicos, sin embargo en los últimos días se está afirmando los datos que revela está investigación.
Prueba de esto son las publicaciones que los diarios golpistas tradicionales realizan sobre las muertes irregulares, que son caracterizadas como asesinatos perpetrados por sospechosos que conducen motocicletas o automóviles sin identificación de ningún tipo.
La particularidad de los sicarios esta envolviendo a Honduras en una posible modalidad, de guerra, de baja intensidad dirigida a los que exigen una sociedad más justa para los hondureños.
Billy Joya ha demostrado su capacidad de entrenamiento para desaparecer a inocentes que pregonan un sentimiento progresista para el mejoramiento de los más necesitados.
Joya no esperaba que la organización social nacida del seno de la asonada castrense después del 28 de junio debilitara sus estructuras, sin embargo su frialdad sigue latente.
Los hondureños que resisten ante este régimen fascista conocen las maniobras de este asesino por lo que este ex catequista de la ciudad de Sevilla en España, no le resultaran sus planes ejecutados en la extinta década fría.
Los seis millones de lempiras que la cúpula empresarial financió para desarticular el movimiento de masas tendrán que buscar más apoyo económico, puesto que el socialismo es indetenible y la instalación de la Asamblea nacional Constituyente será el primer precedente histórico de la historia del siglo XXI de Honduras.
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