Ricardo Salgado
Se puede apreciar a lo largo de los últimos días que Honduras va dejando poco a poco de ser noticia. Los medios, e incluso los lectores van perdiendo interés en un proceso que no ofrece el circo de la sangre de sus mártires; no hay noticia si los chafas (palabra usada para referirse a los militares) no nos apalean en publico.
En el campo de la difusión perdemos ante la agenda informativa de los grandes medios que, desafortunadamente, también rige la de los medios alternativos. Lamentablemente, la opinión publica esta “entrenada” para el espectáculo de la noticia, no a la importancia de la misma.
En contraste, los pueblos se solidarizan con el pueblo de Honduras. Hacen actividades en todos los puntos de la tierra. En Europa, en Asia y hasta en Oceanía. La solidaridad de los pueblos latinoamericanos, entendidos de que esta lucha es de todos, es particularmente intensa y solidaria.
Los países del ALBA han comenzado su “cruzada” por mover las consciencias de los gobiernos del mundo para detener la barbarie desatada por los monstruos golpistas. En el campo internacional, la causa de la resistencia del pueblo hondureño es muy fuerte, capaz de despertar una inmensa solidaridad.
La lucha interna se mueve hacia una etapa de lucha y de organización. La educación política popular se intensifica; el accionar de la resistencia organizada se incorpora a la estrategia de masas adoptada por la dirigencia del Frente Nacional de Resistencia. Poco a poco nos vemos en medio de un nuevo tipo de lucha que tiende a demostrar que no es cierto lo que dijo la televisión española: “los “zelayistas” son la mitad de la población”.
Hay miles de hombres y mujeres que simpatizan con la resistencia pero no entienden como y porque organizarse. No entienden que la mejor manera de resistir y de triunfar es incorporándose decididamente a la lucha. Estos grupos de gente siguen un poco desorientadas porque se dejan guiar por estereotipos y lideres, en lugar de seguir una causa.
No hace mucho dialogaba con una compañera sobre la resistencia permanente, y ella me decía que se necesitaba mucho liderazgo para organizarse y que Razel y Carlos Eduardo (dirigentes del Partido Liberal de Honduras ahora acompañando al presidente Zelaya en la embajada de Brasil) estaban en la embajada, por lo que no había quien los reemplazara. Inmediatamente me pregunté, ¿hay aquí una fuente de problema para el movimiento de liberación en nuestro país?
Los dirigentes mencionados por la compañera, son dirigentes del Partido Liberal de Honduras que han cumplido una labor importantísima dentro del Frente Nacional de Resistencia; hoy cumplen una nueva tarea al lado de del presidente Zelaya. ¿Por qué algunas personas no se integran bajo las directrices de los compañeros que como Juan Barahona, Israel Salinas, Rafael Alegría, o los dirigentes magisteriales, han llevado adelante por casi tres meses?
El mismo presidente Zelaya ha demostrado una confianza plena en el liderazgo de los compañeros que han ganado a pulso, con muchos años, meses, días, horas y minutos de resistencia verdadera. Estos compañeros que no han cesado nunca, durante toda su vida en una conducta rectilínea, inclaudicable, de resistencia frente a todas las injusticias que se cometen contra nuestro pueblo. Estos compañeros que han demostrado que la lucha es para toda la vida.
No hay duda que todos los procesos revolucionarios develan nuevos liderazgos, pero eso no quiere decir que debemos ignorar la importancia de disciplinarnos, de organizarnos alrededor de una sola organización.
No debemos confundir las cosas, necesitamos mil frentes de resistencia, en todos lados, pero todo bajo la disciplina de un solo órgano de dirigencia nacional, de otro modo caeremos en la anarquía, esa que es mas peligrosa que el ejército y Micheletti mismos.
No podemos dejar que nos traicionen nuestros prejuicios; no podemos sacrificar nuestra lucha por partidismos oxidados; eso solo nos ha traído atraso, miseria e injusticia. Adoptar este tipo de posiciones implica hacerle el juego al golpe. Hoy mas que nunca debemos entender nuestra propia condición de clase y actuar en consecuencia de la misma.
En el frente hay mucho trabajo al que todos podemos integrarnos. El FNR es una instancia que requiere de ideas, de iniciativas, de apoyo. Muchas veces veo en las redes sociales como Facebook o Twitter las opiniones de muchos compañeros. Estos mismos compañeros pueden aportar su apoyo al desarrollo de innovación para la lucha liberadora. Debemos entender que la lucha se libra en muchos frentes y debemos estar en todos ellos.
La pregunta es ¿se van a unir todas estas personas a lucha? ¿Tienen temor?, el temor es normal, pero es mas fácil sobrellevarlo si estamos organizados Mientras mas nos movemos hacia la resistencia popular permanente, mas opciones de éxito tenemos. Los argumentos de la derecha siguen siendo los mismos de hace 40 años. Los que podemos aportar innovaciones a la lucha somos nosotros: esa es nuestra obligación.
La resistencia de 24 horas, 7 días de la semana, es el camino a seguir; la nueva etapa de la lucha, no contra el golpe, sino contra siglos de exclusión e injusticia. Para ello necesitamos del concurso de todos los hondureños decentes que piensan que una patria mejor es posible. No perdamos esta oportunidad que nos da la historia.
No olvidemos que una gota mas otra gota hacen tormenta; una nube mas otra nube hacen tempestad. Vamos ahora a liberarnos.
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