COCHABAMBA, Bolivia (Reuters) - Líderes izquierdistas de Latinoamérica y el Caribe agrupados en la alianza ALBA reafirmaron el viernes su condena al golpe de Estado en Honduras, exigiendo el retorno del presidente Manuel Zelaya, y acordaron crear una moneda virtual para el intercambio comercial.
En el primero de dos días de deliberaciones en la ciudad central boliviana de Cochabamba, los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; de Ecuador, Rafael Correa, y el anfitrión, Evo Morales, marcaron la línea "antiimperialista" del grupo con duros discursos y proclamas de un "nuevo orden" internacional.
Los líderes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) resolvieron, en una declaración aprobada con voto de urgencia, "aplicar sanciones económicas y comerciales" al Gobierno de facto de Honduras.
También acordaron, en apoyo al derrocado presidente Zelaya, "no reconocer ningún proceso electoral realizado bajo el régimen golpista, ni ningún resultado del mismo".
La declaración constituyó un renovado respaldo al gobernante derrocado, quien desde su refugio en la embajada de Brasil en Tegucigalpa esperada los resultados de un diálogo mediado por la OEA para buscar una salida concertada a la crisis desatada tras el golpe del 28 de junio.
Los presidentes del ALBA decidieron además "no permitir el ingreso o permanencia en el territorio de todos los países miembros del ALBA de los principales responsables del golpe de estado en Honduras".
La declaración fue solicitada por la canciller depuesta, Patricia Rodas, quien intervino en la reunión del ALBA como representante de su país y advirtió que "el proceso de diálogo iniciado por la Organización de Estados Americanos a instancia de nuestros cancilleres ha sido definitivamente roto".
El Gobierno de facto de Honduras planea celebrar a fines de noviembre las elecciones, programadas desde antes del golpe, para elegir a un nuevo presidente, pero se ha negado tajantemente a restituir a Zelaya en el cargo.
SUCRE EN VEZ DE DOLAR
Como estaba anunciado y sin mayor debate, la cumbre aprobó la creación de un sistema de compensación monetaria para facilitar el comercio intragrupal y liberarlo de su actual dependencia del dólar estadounidense.
El Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre, nombre coincidente con el de uno de los "libertadores" de la región) comenzará a funcionar el próximo año y será la semilla de una futura moneda común, destacó Chávez, quien acaparó la mayor parte de la primera plenaria de la cumbre.
"Este es un instrumento para la soberanía monetaria y financiera", dijo el ministro de Economía de Bolivia, Luis Arce, al informar a los gobernantes sobre el acuerdo técnico y político contenido en el tratado constitutivo del Sucre.
Ese tratado fue firmado en el acto por los presidentes de Bolivia, Ecuador y Venezuela y por representantes de Cuba y Nicaragua. Se anunció que los demás miembros del grupo lo harían gradualmente en el futuro.
El presidente Correa explicó que el Sucre permitirá compensar compras y ventas, de modo que las transferencias netas de dinero se reduzcan a los saldos del intercambio.
Chávez resaltó: "Ya basta de la dictadura del dólar, de la dictadura económica, de la dictadura de las transnacionales".
A la reunión no llegaron los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Nicaragua, Daniel Ortega. Sin embargo, asistieron jefes de gobierno y primeros ministros de los demás países miembros y representantes de Paraguay, Uruguay y Rusia.
Creado en el 2004, el ALBA está integrado por Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente y las Granadinas.
Morales, un férreo defensor de la hoja de coca -insumo básico para la elaboración de cocaína- habló desde la cabecera de una mesa rectangular que enmarcaba un arreglo floral con la frase: "ALBA-TCP coca no es cocaína".
Al dar la palabra al secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, el anfitrión Morales le dijo sonriendo: "Bienvenido al eje del mal".
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