El gobernante de facto de Honduras, Roberto Micheltti, manifestó este miércoles que la llegada al país de Manuel Zelaya, presidente constitucional hondureño, ha creado un clima de violencia en la nación que antes no se había visto pues insiste que el mandatario ha hecho llamados a realizar actos vandálicos desde la sede de la embajada de Brasil.
"Saben muy bien que han habido días tranquilos, pero el regreso del señor Zelaya ha creado varios delitos como crear la intensión de que hayan asaltos a negocios, a empresas, afectados por la actitud de los grupos", expresó Micheletti ante la reunión que sostiene este miércoles con una misión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) para mediar en el diálogo entre las partes.
Además justificó el cierre de dos medios de comunicación hace semanas e indicó que a través de éstos se llamó a la guerra en país; lo cual le llevó a tomar la medida de suspensión de garantías; pues, según Micheletti "todos tenemos derechos pero también deberes".
"El 80 por ciento de la población no quería que derogáramos el decreto porque aquí se ha sembrado el pánico; porque es indudable que aquí en Honduras no le tenemos miedo a otros países, EE.UU., Brasil, pero sí le tenemos miedo a Mel (Manuel) Zelaya y sus llamados a los conflictos", agregó el mandatario de facto.
Insistió en que antes de la llegada de Zelaya a Honduras el pasado 22 de septiembre, "aquí todo estuvo normal; esos fueron los días más tranquilos para la población y la gente en la calle lo dice".
"Debemos de hablar de algo serio. La verdad. Ni ustedes saben toda la verdad ni de repente quieren iniciar la verdad (...) A nosotros, ustedes nos enjuiciaron sin escuchar nuestras razones. Hemos hecho los esfuerzos incontables para que no haya un solo muerto en el país", expresó Micheletti quien también negó que las fuerzas militares fueran culpables de la muerte de algún ciudadano hondureño.
Enfatizó en la posición que mantiene su admiistración en demostrarle al mundo la clase de gobierno que tenían antes, cuando Manuel Zelaya estaba al mando del país, pues, según él, hubo una fuga de dinero que hasta ahora no se ha justificado. "Hoy están molestos con nosotros pero las pruebas están ahí. Esas cosas no se quieren ver y eso es lo que hemos pedido que se investigue: ¿Dónde están los fondos de Honduras?".
"Voy a garantizarle al mundo entero que a este país no se le pondrá el sello de corrupto mientras estemos gobernando", añadió.
Denunció que luego de lo ocurrido en Honduras el pasado 28 de junio, "la OEA condenó esto como un golpe de Estado en 20 minutos y no se nos escuchó."
Defendió lo que ha hecho en su gestión pues insiste en que han seguido lo que manda la Constitución hondureña, que se mantiene vigente desde hace 29 años y que no permite su modificación a través de una Asamblea Constituyente.
"La Constitución se hizo así y se protegió para que no hubiera una persona con la influencia de otros países en su cabeza para hacer una cosa de esta. Sólo queremos que se sepa la verdad", manifestó el gobernante ilegal y reiteró lo que en oportunidades anteriores ha expresado: "Si yo soy obstáculo, me hago un lado, pero también pido que se haga a un lado este señor (Manuel Zelaya, presidente constitucional de Honduras) que ha dañado la economía del país".
Dijo que el 80 por ciento de la población está atenta a lo que pasa en el país y su único objetivo son las elecciones que se van a realizar el 29 de noviembre y que "sólo se detendrán si nos invaden o nos atacan", expresó y alegó que esto no es su capricho sino un acto que ya estaba programado desde el pasado 2008 cuando se realizaron las elecciones primarias en la nación centroamericana.
"Yo no estoy aquí porque quiero sino porque la Constitución así lo ordena. Entonces aparezco yo, queriendo hacer las cosas bien, entonces nos cae el mundo encima. Los hondureños queremos hacer el cambio como la ley lo dice: El 29 de noviembre elecciones generales; en enero, entrega del poder y, por favor, les suplico que no vayan a dejar a nuestro país sin la posibilidad de reconocer sus elecciones", acotó Roberto Micheletti, presidente de facto de Honduras ante la misión de cancilleres de la OEA que visita este miércoles a Tegucigalpa.
Tras la intervención del gobernante de facto hondureño, el delegado de Brasil que intervino en la reunión de la OEA, denunció que "al presidente Zelaya no le ha sido dado el derecho a ser oído, lo que es un compromiso", establecido en la carta democrática.
"La manera como se ha impuesto al presiente Zelaya la decisión de la Corte Suprema, no es algo que se pueda aceptar como un acto normal de las autoridades públicas", reclamó.
"Si él hubiera cometido actos contrarios a la Constitución (...) y si fuera juzgado de una manera normal (...) nosotros no estaríamos aquí", consideró.
Previamente, intervino el secretario de la OEA, José Miguel Insulza, quien le expresó al presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, su preocupación por la situación humanitaria en la que se encuentra el mandatario constitucional, Manuel Zelaya, alojado desde hace semanas en la embajada de Brasil en condiciones precarias y alertó sobre las declaratorias de estado de sitio y restricción de garantías ordenadas por el Ejecutivo ilegtimo, sobre todo el cierre de dos importantes medios de comunicación televisivos.
"Un primer tema que nos preocupa es (el) del presidente Zelaya en la embajada de Brasil (...) ciertamente no está concebido como un lugar de residencia", dijo Insulza en la sede del Palacio de Gobierno, al inicio de una mesa de diálogo entre representantes del gobierno legítimo y de las autoridades de facto, para intentar encontrar una salida a la crisis política desatada por el golpe de Estado del pasado 28 de junio.
"Nuestra petición (es) que la permanencia de él ahí sea (...) mucho más llevadera, más razonable o, como una alternativa, la posibilidad que él se traslade a un lugar mas confortable, con más espacio", agregó el funcionario de la OEA.
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