Redacción
BBC Mundo
Luego de haber reconocido que la expulsión de Manuel Zelaya fue un error, el presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti, abrió por primera vez una puerta a un eventual regreso del mandatario depuesto al poder.
Zelaya regresaría, según las palabras de Micheletti a la televisión local que fueron recogidas por la agencia de noticias AFP, sólo durante un breve período de transición luego de que un nuevo presidente sea elegido en los comicios de noviembre.
"Si se dieran las elecciones en el país, transparentes, y elegimos al nuevo presidente, de ahí para allá se puede hablar de cualquier escenario, de cualquier solución", dijo el mandatario interino y agregó:
"Creemos que hay una razón para sentarse a dialogar, que es la patria primero; la restitución es una aspiración del señor Zelaya que habría que escucharla ya con mejores planteamientos, con planteamientos legales".
No obstante, "esa decisión tendría que tomarla la Corte Suprema de Justicia" porque "no se puede restituir a un señor que tiene problemas legales", advirtió Micheletti.
El presidente interino anunció este lunes la derogación del decreto que restringía las libertades de expresión, circulación y reunión.
Las fuerzas de seguridad se han amparado en este decreto para clausurar medios de comunicación y arrestar a manifestantes tras el retorno al país de Zelaya, quien permanece refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
La expulsión, un error
Este domingo, Micheletti había admitido por primera vez que la expulsión de Zelaya a Costa Rica el 28 de junio y a manos del ejército no fue una decisión acertada.
Micheletti, que hizo estas declaraciones en una entrevista con la revista brasileña Veja, explicó que la orden de detener y destituir a Zelaya "fue legal" y la dio la Corte Suprema.
Sin embargo, los militares a cargo de la operación estimaron que la mejor opción era sacarlo del país, según Micheletti, para evitar un "derramamiento de sangre".
"Sí, fue un error, pero tenemos que considerar que las personas que habían ido a cumplir esa tarea tenían miedo. Zelaya tiene seguidores y se podría haber provocado un enfrentamiento", afirmó el presidente interino.
"Yo no soy responsable de esa decisión. Sólo fui informado del procedimiento más tarde, pero me contaron que lo hicieron por temor a que estallara un conflicto", agregó Micheletti.
La admisión de Micheletti llega días después de que el jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, general Romeo Vázquez, dijera a los periodistas congregados en Tegucigalpa que no fue idea del ejército detener por la fuerza a Zelaya.
"Si no, yo sería el Jefe de Estado, y yo no soy el jefe de Estado sino un subordinado del poder civil", dijo Vázquez, que además se pronunció a favor del diálogo para solucionar la crisis política de Honduras.
Diálogo
Este lunes también hay expectativa por el anunciado diálogo entre las partes de un conflicto que ya lleva 100 días. Zelaya pidió la suspensión del estado de sitio y del cerco militar alrededor de la sede diplomática brasileña.
El presidente depuesto expresó a los medios de su país que está casi resuelto "el 90%" de las condiciones para el inicio de las negociaciones, aunque resaltó que la restitución de los derechos civiles era imprescindible para entablar un diálogo "sincero".
La Organización de Estados Americanos (OEA) anunció que esta semana delegaciones del presidente interino y del depuesto se reunirán para iniciar conversaciones para encontrar una salida a la crisis hondureña.
Por su parte, los empresarios hondureños, agrupados en la Asociación Nacional de Industria, propusieron la intervención de una fuerza de paz internacional que observe la transición de poder y la celebración de elecciones el próximo 29 de noviembre.
En una entrevista con la BBC, el presidente de la asociación, Adolfo Facussé, aclaró que la propuesta no incluye a Brasil, sino a las naciones que se han mantenido neutrales como "Canadá, Colombia y Panamá".
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