Por Ignacio Badal y Miguel Angel Gutiérrez
TEGUCIGALPA (Reuters) - El Gobierno de facto de Honduras y representantes del depuesto presidente Manuel Zelaya iniciaron el miércoles negociaciones cara a cara mediadas por la OEA, desempolvando un viejo plan de salida a la crisis que había naufragado por pedir la restitución del mandatario.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, insistió en un discurso que la negociación deberá tener como punto de partida el "Acuerdo de San José", propuesto por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
Entre los principales puntos de esta propuesta figura la devolución de la presidencia a Zelaya, la formación de un Gobierno de unidad nacional y una amnistía sobre los delitos políticos para los involucrados en el golpe del 28 de junio.
Pero, las autoridades de facto han dejado claro que no están dispuestas a permitir el regreso al poder del mandatario, cuyo derrocamiento justifican por haber supuestamente violado la Constitución al intentar forzar la reelección presidencial.
Los delegados de las partes en pugna -tres por cada una- se sentaron a dialogar por primera vez a solas y acordaron una agenda común. El primer punto a discutir es el "Acuerdo de San José", dijeron a Reuters algunos de los delegados, sin profundizar.
Sin embargo, no hay señales de que el Gobierno de facto que encabeza Roberto Micheletti esté dispuesto a moverse de su rígida posición de no permitir el regreso de Zelaya.
SIN SEÑALES DE RESTITUCION
Micheletti dijo estar dispuesto a dimitir en caso de que él sea un obstáculo para solucionar la crisis, pero exigió en ese caso que también lo haga el mandatario depuesto.
"Ya lo dije una y 100 veces, yo me muevo, yo me retiro de aquí (...) pero que él (Zelaya) no insista", dijo Micheletti durante una reunión con Insulza y cancilleres de la OEA que incluyó al subsecretario de Estado estadounidense, Thomas Shannon.
El mandatario derrocado permanece en la embajada brasileña en Tegucigalpa desde que ingresó clandestinamente al país hace más de dos semanas, tras ser destituido y exiliado a la fuerza el 28 de junio.
El Gobierno de facto ha sido fustigado por la comunidad internacional, suspendido en la OEA y sufrido el corte de millonaria ayuda financiera.
Y espera dar una vuelta a la página con los comicios presidenciales convocados para fines de noviembre, aunque la comunidad internacional dijo que no reconocerá a los ganadores de ese proceso.
Micheletti dijo a la delegación de la OEA que en el país habrá elecciones a menos "que nos invadan".
"El objetivo al final son las elecciones que se van a protagonizar el 29 de noviembre (...) Solamente que nos manden un ataque y que nos invadan, es la única forma que nos van a detener", dijo un desafiante Micheletti.
Pero Shannon, el primer enviado del Gobierno de Barack Obama en lo que va de la crisis, retrucó: "Estas elecciones deben ocurrir en un contexto que refleje nuestro amplio compromiso con la democracia y la constitucionalidad".
ZELAYA DESCONFIA
Zelaya se ha mostrado desconfiado de la disposición del mandatario de facto de negociar e insistió en que toda solución debe pasar por su vuelta a la presidencia, un punto que hizo naufragar negociaciones previas en Costa Rica.
"Micheletti no tiene ninguna intención de entregarle la presidencia otra vez a Zelaya", dijo el analista político y ex candidato presidencial hondureño Juan Ramón Martínez.
Horas antes de que se instalara la mesa de diálogo, unos 300 manifestantes pro Zelaya intentaron marchar desde la embajada de Estados Unidos hasta la sede diplomática de Guatemala, donde el martes se asiló un grupo de indígenas.
Pero la policía los dispersó con gases lacrimógenos mientras coreaban "OEA, OEA, auxilio OEA".
Un portavoz del hospital Escuela dijo que dos heridos fueron atendidos, uno por bala de goma y otro por el impacto de bombas lacrimógenas.
"El diálogo se está iniciando con malos augurios por la represión, cancelación de medios y por la manipulación de hasta el programa que se está implementando", dijo Zelaya en declaraciones difundidas por el canal de televisión Telesur.
De todas maneras, el diálogo continuará el jueves.
El depuesto mandatario, de 57 años, se reunió el miércoles con sus representantes para el diálogo en la embajada brasileña, donde se encuentra recluido mientras decenas de militares y soldados rodean el edificio.
(Reporte adicional de Gustavo Palencia y Frank Daniel en Tegicugalpa y Silene Ramírez en Santiago. Editado por Pablo Garibian)
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