Las denuncias de Manuel Zelaya sobre ataques con gases tóxicos por parte de la Policía, negados por el Gobierno de facto, los matices del presidente depuesto sobre las conversaciones del día previo y las protestas de sus seguidores volvieron a relegar la posibilidad de un diálogo en Honduras. Tras una jornada marcada por la primera reunión del mandatario con los cuatro candidatos presidenciales en las elecciones generales de noviembre, Zelaya ha matizado que hasta el momento sólo hay "enlaces informales" para iniciar conversaciones y recordó que él sigue rodeado de militares en la embajada de Brasil.
El presidente depuesto ha dicho que la sede diplomática, donde se encuentra desde que regresó al país el pasado lunes, fue objeto de lanzamientos de "gases que empiezan a llenar y enrarecer el ambiente" y que tanto él como algunos de sus acompañantes han presentado problemas de salud. "Se me irritaron los ojos", asegura el depuesto gobernante en declaraciones a medios locales, al añadir que hay personas que lo acompañan en la legación que sufrieron sangrado de nariz, ardor en la garganta, mareos y otras molestias.
El Gobierno de Roberto Micheletti asegura en un comunicado que "es totalmente falso que miembros de la Policía Nacional hayan colocado un equipo especial que dispare un líquido que provoque malestar a las personas que están al interior de la embajada de Brasil". El fiscal general, Luis Rubí, sostuvo hoy que se autorizó a que médicos solicitados por Zelaya puedan acceder a la embajada para "constatar el estado de salud que tiene y obviamente brindarle todo lo que él realmente requiera para que se mantenga con su salud en perfecto estado".
Denuncias de Zelaya
Zelaya ha denunciado restricciones al acceso de médicos, medicinas, alimentos y suministros, que deben superar el control policial, donde esperan en ocasiones durante horas. Precisamente el canciller de Brasil, Celso Amorim, ha denunciado en el Consejo de Seguridad de la ONU la crítica situación de esa embajada, que sufre, además, cortes de agua, luz y comunicaciones. Tras la explicación de Amorim, el Consejo condena los "actos de intimidación", aunque no se ha pronunciado sobre la situación de Honduras porque "ya está siendo tratada por la Organización de Estados Americanos (OEA)".
Zelaya llama al Frente Nacional contra el golpe de Estado "a mantener la resistencia", mientras que a la comunidad internacional le pidió apoyo "para revertir" el golpe y "restituir la democracia" que le fue "robada al pueblo hondureño". Miles de seguidores del presidente depuesto han vuelto a salir a las calles en una nueva marcha que pasó frente a la embajada de Brasil, donde increparon a los militares y a Micheletti. El dirigente campesino Rafael Alegría, uno de los líderes del Frente, ha inicado que esperan no sólo declaraciones sino "acciones de Washington y la comunidad internacional".
Sobre el diálogo, ha dicho que "hay algunas señales" de que va "avanzando", y aseguró que "hay sectores de la iglesia, empresa privada y otros que antes eran golpistas pero que ahora están interesados en una salida y una solución, gracias a nuestro pueblo". César Ham, candidato presidencial por el partido Unificación Democrática (UD, de izquierda), no participó en la reunión de la víspera, pero saluda la iniciativa de diálogo de Zelaya.
Encuentro sin soluciones
"El pueblo sabe que los que participaron en la reunión de ayer con el presidente son los que han estado apoyando la dictadura de Roberto Micheletti, por lo tanto son unos golpistas, sin embargo, hay que hablar también con ellos", ha dicho Ham. Los candidatos Elvin Santos, del gobernante Partido Liberal; Porfirio Lobo, del Nacional; Felícito Ávila, de la Democracia Cristiana, y Bernard Martínez, del Partido Innovación y Unidad Social Demócrata, se reunieron el jueves con Zelaya, tras hacerlo con Micheletti.
Después del encuentro con el presidente derrocado aseguraron que tanto Zelaya como Micheletti están dispuestos a dialogar para encontrar una solución a la crisis y abogaron por la recuperación del Acuerdo de San José, que impulsa el mandatario de Costa Rica, Oscar Arias. Zelaya recuerda que esos candidatos "no han condenado el golpe de Estado" y ha dicho que aún "no están muy convencidos de lo que está pasando en el país, de cuáles serán las consecuencias si no hay una restitución de la Presidencia".
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