Honduras trata de presentar un rostro de normalidad después de tres días de un casi continuo toque de queda, mientras el Gobierno de facto emprende una ofensiva para lanzar una mesa de diálogo y el depuesto presidente Manuel Zelaya anuncia el inicio de las conversaciones. Mientras Tegucigalpa recupera el pulso, el Gobierno decretó un toque de queda desde las 19.00 hora local (01.00 GMT del viernes) hasta las 05.00 de mañana (11.00 GMT del viernes) en todo el país, salvo zonas del Caribe, tras una jornada en la que los aeropuertos reabrieron y los detractores de Zelaya salieron a las calles.
El Ministerio Público ha confirmado que un joven murió de un disparo de un policía tras no atender una orden de detenerse en un retén en San Pedro Sula, al norte de la capital, con lo que ya son dos los muertos en Honduras desde que Zelaya regresó. El depuesto mandatario, que llegó a Tegucigalpa el pasado lunes, casi tres meses después de ser expulsado de Honduras, ha asegurado que ha comenzado el diálogo con diferentes sectores del país para resolver la crisis en que se encuentra la nación desde el pasado 28 de junio.
"Hoy se inició (el diálogo) claro que sí, es positivo", ha indicado Zelaya en declaraciones al canal local 36 tras reunirse con el obispo auxiliar de Tegucigalpa, Juan José Pineda, en la embajada de Brasil, donde se encuentra desde su llegada. El obispo auxiliar ha explicado a su salida de la legación, que "todos" han estado "durante este tiempo hablando de diálogo y nadie ha dado el primer paso, nadie se ha querido exponer" y, por ello, él asumió esa responsabilidad. El candidato presidencial del gobernante Partido Liberal, Elvin Santos, ha anunciado que los aspirantes a la Presidencia para las elecciones de noviembre también se reunirán con Zelaya.
La mesa de negociación
Por su parte, la cancillería del Gobierno de facto ha anunciado la aceptación de una misión integrada por el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, a sugerencia del ex gobernante estadounidense Jimmy Carter, para dialogar sobre la crisis política hondureña. Arias reaccionó a esa propuesta afirmando que "por el momento" no tiene planeado viajar a Honduras, "sino recibir noticias de primera mano". En espera de la llegada de esa delegación, en la que el Gobierno de Micheletti incorporó al vicepresidente de Panamá, Juan Carlos Varela, la cancillería indicó que ha decidido "recibir con posterioridad" a una misión de cancilleres de países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Esta ha sido la reacción del Gobierno que asumió el poder tras el derrocamiento de Zelaya el pasado 28 de junio al anuncio de la Unión Europea y la OEA de reenviar a sus embajadores al país. La decisión fue adoptada en Nueva York, en una reunión en la que también se acordó el envío de una misión de cancilleres americanos a Tegucigalpa para poner en marcha una mesa de negociación que dé salida a la crisis.
En Tegucigalpa, por primera vez desde el lunes, miles de detractores de Zelaya se movilizaron y marcharon desde la sede de las Naciones Unidas para increpar a la comunidad internacional. Con carteles como "Honduras más independiente que nunca", "No tenemos miedo" o "Elecciones", los manifestantes marcharon durante la mañana por diferentes puntos, entre ellos, la Embajada de Estados Unidos. Los seguidores de Zelaya optaron por establecer su centro de operaciones en la Universidad Nacional Autónoma y marchar por los barrios de la ciudad en lugar de hacer la habitual manifestación por el centro. Las movilizaciones se repitieron "en muchos barrios de la capital pese a las amenazas de ser reprimidos por los policías y los militares", ha indicado el dirigente campesino Rafael Alegría, uno de los líderes del Frente de Resistencia contra el Golpe, que aglutina a colectivos sociales y sindicales.
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