"Estoy vivo y lucho por mis principios y por mis valores, con firmeza. Prefiero morir firme que arrodillado ante esta dictadura. Y que quede claro: estos tiranos quieren gobernar con las armas", advirtió en una entrevista televisiva.
De este modo, el jefe de Estado depuesto respondió una oferta de diálogo de Micheletti, quien exigió que se reconozcan las elecciones previstas para el 29 de noviembre. "Todo esto es una manipulación. Si estoy aquí ¿qué cuesta sentarse en una mesa?", remarcó, y añadió: "así no hay trato. Si hay comicios tiene que haber condiciones iguales para todos".
En su propuesta, el gobernante interino remarcó que no tiene en cuenta el retorno de Zelaya a la primera magistratura. "No se puede deshacer la orden de arresto de la Corte Suprema de Honduras en su contra, ni tampoco los cargos que encara bajo nuestro sistema judicial", insistió en un discurso que transmitió la prensa local.
En otro tramo Micheletti pidió que en las tratativas no participe el presidente de Costa Rica, Oscar Arias. "Estableceremos las comisiones sin la gente que intervino antes", y agregó que sí aceptará un mediador imparcial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Tensión
En tanto, soldados hondureños y policías anti disturbios rodearon hoy la embajada brasileña ubicada en Tegucigalpa, donde Zelaya se encuentra refugiado. Esta situación amenaza con convertirse en una larga pulseada que puede profundizar la crisis política.
Cientos de efectivos de seguridad, algunos enmascarados y otros con armas automáticas, cercaron una amplia zona alrededor del edificio donde el mandatario se hospedó con su familia y un grupo de unos 40 simpatizantes. "Mel" regresó el lunes en secreto a su país y puso fin a casi tres meses de exilio, luego de ser depuesto mediante un golpe de Estado el 28 de junio.
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