Por: Arnaldo Moreno
La Crisis política que enfrenta Honduras, más que crear dificultades ha traído un nuevo orden dentro del país, en el que la llamada izquierda, ya no tiene que esconderse tras los libros y la ideología, sino que también puede participar activamente en la política y la vida social de Honduras, en la que los socialistas, izquierdistas
El Golpe de Estado perpetrado el 28 de junio del 2009 contrario de traer sufrimiento y frustración a largo plazo al pueblo hondureño, ha despertado la conciencia social de un pueblo adormitado por la televisión, el futbol y el consumismo, una Honduras que latía en lo profundo de la mente de cada hondureño, pero que no había encontrado el camino para empezar su andar, al final no son las ideologías las que marcan este movimiento revolucionario, sino las injusticias, el abuso y el hartazgo de un pueblo a seguir padeciendo.
Hoy el camino está definido y la lucha tiene muchos frentes y manifestaciones que conducen a un solo fin una Asamblea Nacional Constituyente, anhelo que debe traer al pueblo la representatividad y participación dentro de las esferas políticas que han gobernado a Honduras; el detonante, el zarpazo a la democracia dado por la clase oligarca y militar, apoyada por la extrema derecha norte americana, que miran el peligro de perder la gallina de los huevos de oro que representan esto países en vías de desarrollo, agregándose al grupo las altas esferas religiosas que miran en la Constituyente una amenaza para los miles de beneficios que gozan los mercaderes de la fe.
Si bien es cierto que la izquierda hondureña se encontraba dividida, por temor, por ansias de figuración o por el simple hecho que no era el momento de unificar a sus miembros diluidos en la retorica y cafetines del país, la situación actual de nuestra nación presenta el momento justo para que todos los miembros que han urgido por un cambio dejen sus antagonismos e intereses personales para buscar un fin común, la derecha hondureña representada por la clase oligarca no ha dejado de trabajar en este sentido, reclutando y convenciendo a los jóvenes que el mejor estilo de vida no es la democracia sino el más puro capitalismo, que arrastra al abuso y la división de clases.
La izquierda se ha movido como es lógico hacia un socialismo maduro, con mayor participación del pueblo es así como ha evolucionado mientras el neo liberalismo y el capitalismo puro tiende a desaparecer o mover sus pensamientos a un mundo que todos debemos compartir y disfrutar, un mundo que cada vez se nos hace más pequeño y los intereses de los países cada vez son los mismos por lo que no podemos vivir aislados y separados de esta realidad.
El proceso histórico, que vive Honduras marca un hito muy importante, porque la resistencia del pueblo centroamericano se fortalece de darse lugar lo acordado en el Pacto Tegucigalpa/San José, la primera reversión efectiva de un Golpe de Estado, la primera Revolución Pacífica en este continente, una revolución hecha a pulso y sin lanzar una sola bala por parte del pueblo hondureño, cuestión que llevo al traste las ideas militaristas que nunca pudieron justificar el odio, la saña, el abuso y el uso de fuerza excesiva para reprimir a un pueblo.
Queda ahora comenzar el andar de manera inteligente, con la total unificación de todos los actores, el pueblo, los pensadores de izquierda, los defensores de los derechos humanos, los demócratas, los socialistas y todos aquellos que crean que Honduras se merece algo mejor, asistir a las urnas no por el mero hecho de votar, sino de evitar que la clase oligarca siga adueñándose del Congreso Nacional, donde se gestan los abusos hacia nuestro pueblo y donde estos han maquinado cualquier cantidad de desbarajustes contra el pueblo hondureño.
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