Washington.- Estados Unidos dijo hoy que el derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, "debería" ser restituido, si bien no quiso confirmar si Washington reconocerá o no las elecciones de fin de mes en caso de que no se reponga al mandatario, alegando que es una cuestión "hondureña".
"Creemos que (Zelaya) debería ser restituido en el poder", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.
Sin embargo, agregó, tras la firma del acuerdo del viernes "esto ahora es un proceso hondureño" en el que la cuestión de la restitución de Zelaya debería ser "resuelta por los hondureños mismos".
Las dudas surgieron a raíz de unas declaraciones realizadas la víspera a un medio de comunicación por el secretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, respecto a que Estados Unidos reconocerá el resultado de las elecciones del 29 de noviembre.
Esto llevó a Zelaya a enviar la pasada noche una carta oficial a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la que pide que "aclare" si la posición norteamericana "ha sido modificada o cambiada" y si "ahora se busca a toda costa, sin esperar el cumplimiento de los acuerdos, pretender reconocer las elecciones sin revertir el golpe de Estado", según el texto al que tuvo acceso la agencia dpa.
Kelly confirmó hoy la recepción de la carta de Zelaya pero recordó que Clinton se encuentra de viaje, por lo que desestimó una respuesta oficial inmediata.
Zelaya y el gobierno de facto de Roberto Micheletti firmaron el viernes un acuerdo que en su quinto -y más discutido punto- establece que será el Congreso hondureño el que "resuelva respecto a `retrotraer la titularidad del poder ejecutivo a su estado previo al 28 de junio`", es decir, antes del golpe de Estado que provocó la salida de Zelaya.
La víspera, el derrocado mandatario ya advirtió de que el Parlamento sólo debe votar su reinstalación en el cargo y le puso como plazo el jueves, a fin de que pueda presidir el gobierno de unidad y reconciliación, advirtiendo de que no respetar esto significaría la ruptura del acuerdo y que él no daría el visto bueno para conformar el respectivo gabinete.
El portavoz del Departamento de Estado no quiso sin embargo "adelantar" posiciones y se limitó a replicar que ese es "un puente a cruzar cuando se llegue allá".
"Hasta ahora, nadie ha votado en contra de nada. Todo lo que está pasando ahora está contenido en el acuerdo. Así que vamos a dejar que se desarrolle el proceso. Vamos a apoyar el proceso. Animamos a la gente a centrarse en esto y a asegurarse de que sea implementado", señaló.
"Queremos una solución hondureña (...) éste es un problema hondureño que va a tener una solución hondureña", insistió Kelly. "Si el presidente Zelaya lo acepta, si el régimen de facto lo acepta, si está de acuerdo con la ley hondureña y los principios democráticos, entonces lo apoyaremos", agregó.
A la par, negó que Washington haya levantado ya las sanciones impuestas a Honduras durante la crisis.
"Todavía no hemos tomado ninguna decisión sobre las ayudas y sobre algunas de las restricciones de visados que tenemos. Queremos ver cómo avanza esto", indicó.
Entretanto, el embajador argentino en Washington, Héctor Timmerman, reiteró que la posición latinoamericana es la condición de la restitución de Zelaya para reconocer las elecciones de fin de mes.
"Para Argentina no hay un cambio de la situación y exigimos la restitución de Zelaya como paso indispensable para una solución", sostuvo en rueda de prensa con su par hondureño, Eduardo Reina.
"Cualquier solución que no implique la restitución de Zelaya es la aceptación por parte de la comunidad internacional de que hay métodos alternativos a los constitucionales para remover presidentes y eso es lo que queremos evitar", alertó.
"No hay métodos alternativos, no debe haber métodos alternativos y no vamos a aceptar métodos alternativos de remoción de presidentes en América Latina", sentenció Timmerman.
Por su parte, el embajador hondureño llamó a la comunidad internacional a "seguir presionando" porque cualquier alternativa a la restitución de Zelaya sería, sostuvo, una "gran derrota" y un "doble golpe" en Honduras.
El diplomático sostuvo que Zelaya firmó el acuerdo San José- Tegucigalpa "de buena fe", la "letra del acuerdo es bastante clara" en cuanto a la restitución del mandatario y subrayó que el Congreso tiene ahora la "responsabilidad histórica" de aprovechar la "oportunidad" que se le ha dado de revertir la situación.
"Se le ha dado una oportunidad creo como nunca en la historia a ningún país de volver en sus pasos y se le está dando esa oportunidad al Congreso de Honduras, enmendando un error que de por sí también tiene un manto de delito (...), así que el Congreso tiene esa responsabilidad histórica", señaló.
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