La libertad de prensa adquiere nuevas definiciones
Por Belén Fernández
Especial para The Narco News Bulletin
Noviembre 2009
Como si la naturaleza ética de las prácticas fotográficas de los periódicos pro-golpistas no fuera lo suficientemente contrarrestada por el uso de Photoshop para borrar la sangre de las víctimas antigolpistas de la represión de la policía y del Ejército, ha surgido ahora evidencia de tácticas aún más incriminatorias. Según una fuente con íntimo conocimiento del ajetreo dentro de uno de los principales diarios de Tegucigalpa—quién hablo en condición de anonimato en aras de la seguridad personal—los diarios hondureños han respondido al golpe del 28 de junio en contra del presidente Mel Zelaya entregando fotos de los simpatizantes de la Resistencia a la policía.Andrés Pavón, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), confirmó que la presencia en las marchas de fotógrafos del diario El Heraldo no resultaba en una extensa cobertura fotográfica de los eventos por parte del periódico, motivando a que se preguntara el propósito real de las imágenes. Hablando en el Burger King afuera de la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde Zelaya continúa confinado, Pavón definió las contribuciones de los periódicos a la policía como terrorismo periodístico—una visión diferente sobre el terrorismo mediático del que el presidente golpista Roberto Micheletti acusaba al Canal 36 el 21 de septiembre cuando informaba que Zelaya estaba en Tegucibalpa y no en un hotel de Managua.
El Heraldo, La Prensa, y La Tribuna—esencialmente boquillas intercambiables del gobierno golpista hondureño—aparecen en la lista de miembros de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) con sede en Miami, cuya misión, según el sitio web de la organización incluye el “Defender la libertad de prensa donde quiera que se impugne en las Américas.” Ricardo Trotti—Director de Libertad de Prensa en la organización que representa a los dueños de los periódicos de todo el hemisferio—respondió por teléfono a la solicitud de la definición de “libertad de prensa” de la SIP, su primera respuesta fue que no entendía la pregunta; la segunda fue que la Declaración de Chapultepec, adoptada por la Conferencia Hemisférica sobre Libertad de Expresión en la Ciudad de México en 1994, proporcionaba algunos aspectos de la definición pero que la libertad de prensa era un concepto más abstracto que concreto.
Trotti se abstuvo de invocar la naturaleza abstracta del concepto cuando le pregunté si la práctica de los miembros hondureños pertenecientes a la SIP de proporcionarle a la policía imágenes de los manifestantes de la Resistencia calificaría como libertad de prensa. Explicó que él no podía hacer un juicio en la materia sin conocer los hechos, pero dijo que la SIP investigaría la denuncia si ésta se había recibido formalmente.
La probabilidad de que esa investigación se lleve a cabo es puesta en duda por el hecho de que el gobierno golpista hondureño, que domina el contenido de los diarios mencionados arriba, ha violado casi todos los principios de los contenidos de la Declaración de Chapultepec. Los diez principios del documento incluyen la prohibición de las amenazas, secuestros y otras formas de persecusión a periodistas, junto con las violaciones que se producen en Honduras en forma de amenaza de muerte al personal de los medios antigolpistas y en el reciente secuestro y tortura del periodista de El Libertador, Delmer Membreño.
También se prohíbe la destrucción de la propiedad de medios de comunicación—descripción aplicable al vertido de ácido en agosto a los transmisores de radiodifusión pretenecientes a Radio Globo y al Canal 36—y el castigo a periodistas y medios de comunicación por publicar la verdad o criticar al gobierno. La posible adición del concepto de la verdad a la lista de abstracciones es sugerida por su función anterior como el título del periódico oficial del Partido Comunista Soviético y por su aparición en el lema de El Heraldo: “La verdad en sus manos.”
La verdad en la mano incluyó el titular del 17 de agosto que decía “Atentado contra la libre expresión en Honduras”, resultando en que no tenía que ver con alguna paliza a manifestantes antigolpistas que se expresaban en las calles, sino al lanzamiento de cinco explosivos, dos de los cuales no explotaron según el diario, a las oficinas de El Heraldo a las 2:30 a.m.. Los que arrojaron los artefactos fueron identificados como “antisociales”; la nota no explica si la entrega de fotos de la prensa a la policía es un asunto social, o si la expansión de las bases de datos de la policía pueda también afectar la libertad de expresión.
En cuanto a bases de datos fuera de Honduras, un reporte recientemente publicado en The Guardian observa cómo los policías de Londres han “desrrollado un aparato encubierto para vigilar a las personas que consideran son, o pueden ser, ‘extremistas locales’”, término que aparentemente incluye a ciudadanos en contra de las armas de fuego y del maltrato de animales. Sin embargo, la policía británica parece compilar su propia información e imágenes; mientras tanto la fiabilidad hondureña en sus medios de comunicación fué explicada por el fundador y director de El Libertador, Jhonny Lagos, por la calidad superior de las imágenes producidas por fotógrafos profesionales y no por policías hondureños con cámaras de celular.
Según la fuente que reveló la cooperación directa entre los diarios hondureños y la policía, la práctica de la cesión de fotos ha disminuido de acuerdo con la disminución de la asistencia a las marchas de fotógrafos relevantes, quizá por el miedo a las represalias. Rafael Alegría, líder campesino, comentó el otro día cerca del edificio del Congreso en Tegucigalpa que la Resistencia “no estaba sorprendida ni asustada” por la cesión de las fotografías, pero que seguía comprometida con la acción pacífica.
Dicho compromiso fue impugnado por un policía hondureño que insistía en que la Resistencia golpeaba a los reporteros, y que las denuncias de policías involucrados con esa actividad era “¡falso, falso!” Sin embargo, esta conspiración fue posteriormente desmentida por su anuncio de que los periodistas venezolanos de TeleSur fueron golpeados por que eran guerrilleros. La falta de libertad de prensa en Honduras para TeleSur pudiera tener que ver con el hecho de que no es miembro de la Sociedad Interamericana de Periodismo, cuyos objetivos declarados incluyen la defensa de “la dignidad, los derechos y las responsabilidades del periodismo.”
El concepto de dignidad también fué objeto en un artículo de julio de El Heraldo titulado “La dignidad pesa más que cualquier visa”, donde el golpista Comisionado Nacional de Derechos Humanos, Ramón Custodio, es alabado por su disposición a aceptar “con actitud patriótica” la inminente cancelación de su visa estadounidense. Sin embargo, el sacrificio patriótico no parece extenderse a los sectores de la población afectados por la violación legítima de los derechos humanos.
Traducción del inglés por Fernando León
No hay comentarios:
Publicar un comentario