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Los dos representantes internacionales de esa comisión, la secretaria de Trabajo de Estados Unidos Hilda Solís y el ex presidente Ricardo Lagos se reunieron con Zelaya y con el mandatario de facto Roberto Micheletti por separado.
"Ahora estamos enfocando en atraer los diferentes grupos para poner un gabinete", dijo la secretaria Solís en rueda de prensa junto a los otros comisionados. "Quiero pensar que es posible... tengo mucha esperanza porque las dos personas (Zelaya y Micheletti) quieren hacer lo mejor para los hondureños, para el país".
Lagos dijo que Micheletti les expresó que está dispuesto a renunciar a su cargo si con ello contribuye a "posibilitar un entendimiento en la sociedad hondureña", una vieja propuesta que siempre condicionó a que también Zelaya desista de regresar al poder.
Lagos y Solís se fueron de Honduras un día después de su llegada y de haber sido instalados como miembros de la comisión, pero el ex presidente chileno dijo que la Organización de Estados Americanos (OEA) mantiene en la capital hondureña a dos representantes para apoyar su trabajo.
Sigue sin resolverse que el Congreso restituya o no a Zelaya, quien le pidió a Washington aclarar sobre si lo apoya y si avalará las elecciones generales de fines de noviembre en tales circunstancias.
En Washington, el portavoz del Departamento de Estado Ian C. Kelly reiteró que la posición estadounidense es que Zelaya debe ser devuelto a la presidencia. Sin embargo, advirtió que tras el acuerdo reciente, la solución de la crisis depende ahora únicamente de los hondureños.
El secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Thomas Shannon, había declarado el martes a la televisora CNN que su país respaldará las elecciones independientemente de la decisión que tome el Congreso hondureño sobre el futuro del líder depuesto y refugiado en la embajada brasileña hace más de un mes.
Zelaya solicitó que Washington "aclare al pueblo hondureño si la posición de su país ha sido modificada o cambiada sobre la condena al golpe de estado", y si busca reconocer las elecciones del 29 de noviembre sin esperar el cumplimiento de los acuerdos y sin revertir el golpe de estado.
La administración de Barack Obama abogó desde un primer momento por la restitución de Zelaya, suspendió la ayuda no humanitaria al país y canceló la visa a Micheletti y muchos de sus allegados.
El acuerdo establece que el Congreso debe decidir si retrocede la titularidad del poder ejecutivo a su estado previo al 28 de junio, cuando Zelaya fue derrocado.
Los directivos del legislativo decidieron el martes que antes de debatir la eventual reinstalación de Zelaya, consultarán al respecto con la Corte Suprema, Fiscalía, Procuraduría General y el Comisionado por los Derechos Humanos.
Uno de los secretarios del legislativo, Roberto Lara, explicó que la convocatoria para la sesión en que se votará la reinstalación de Zelaya puede que sea antes o después de las elecciones.
Según el acuerdo entre las partes para el jueves debería estar conformado e instalado el gobierno de unidad que velará por las elecciones presidenciales del 29 de noviembre y debe entregar el poder al ganador, el 27 de enero.
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