Un alto directivo de la ONU dijo el lunes que un ataque de la fuerza pública a la embajada de Brasil en Honduras, donde está atrincherado el depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya, "sería un desastre".
El subsecretario general para Asuntos Políticos, B. Lynn Pascoe, consideró que la situación en la capital hondureña de Tegucigalpa "dio un giro grave con las amenazas a la embajada brasileña", donde Zelaya se refugió luego de ingresar subrepticiamente a su país la semana pasada.
"Esto por supuesto es un problema muy serio para todos nosotros", advirtió. "Sería un desastre si se toma alguna acción que viole el derecho internacional sobre la inviolabilidad de las embajadas".
En Honduras, el presidente de facto, Roberto Micheletti, reiteró el lunes el compromiso de no atacar la embajada de Brasil y le envió "un fuerte abrazo" al mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, un día después de darle un ultimátum de 10 días para que expulse a Zelaya o lo traslade a Brasil.
La semana pasada, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sostuvo una reunión y consultas privadas después de que el canciller de Brasil, Celso Amorim, expresó la preocupación de que las autoridades hondureñas pudieran actuar contra la sede diplomática para capturar a Zelaya.
En un comunicado, el consejo "condenó los actos de intimidación" hacia la embajada y dijo que "el respeto y la protección de la inviolabilidad de los instalaciones diplomáticas es un principio universalmente aceptado en las relaciones internacionales".
El gobierno de facto, que tomó el poder en un golpe militar en el que envió a Zelaya a un exilio forzado el 28 de junio, suspendió garantías individuales, cerró medios de comunicación opositores y envió policías y soldados a las calles para disuadir a los disconformes.
Copyright © 2009 Associated Press.
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