Tegucigalpa, 27 sep (EFE).- El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, insistió hoy durante una misa en que "el diálogo" es la única salida a la crisis política que vive su país desde que fue derrocado, el 28 de junio pasado.
Zelaya fue partícipe de la misa que hoy ofició el sacerdote Andrés Tamayo en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, de la que el derrocado gobernante es huésped desde el pasado lunes, cuando llegó por sorpresa a Tegucigalpa.
El oficio religioso fue transmitido por medios locales de prensa en Tegucigalpa y retransmitido por otros del interior del país, todos afines a Zelaya.
Acompañan a Zelaya en la Embajada unas 60 personas, entre las que figuran familiares y seguidores suyos.
Zelaya reiteró que el llamamiento que hizo ayer a los hondureños a que se movilicen hacia Tegucigalpa para que le apoyen en su restitución en el poder "es de manera pacífica".
El Frente Nacional de Resistencia contra el golpe de Estado, por su parte, organizó hoy una asamblea popular en la sede del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares para coordinar las actividades que desarrollarán esta semana para exigir la restitución de Zelaya en el poder.
La resistencia popular se ha mantenido en protesta, con marchas a diario en Tegucigalpa y otras ciudades del país, entre otras actividades, para exigir que Zelaya vuelva a la presidencia.
El ambiente en Tegucigalpa es de aparente calma, luego de que anoche el Gobierno de facto de Roberto Micheletti le dio un plazo a Brasil de diez días para que defina el estatus de Zelaya en su Embajada en la capital hondureña, lo que el derrocado presidente calificó como una amenaza a su vida y al país suramericano.
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