El Gobierno golpista de Roberto Micheletti ha elevado aún más este domingo la tensión con Brasil, después de que el presidente Lula rechazase tajantemente el ultimátum de 10 días para definir el estatus del presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya , refugiado desde el lunes en su Embajada. Tras esa respuesta, el gabinete de facto hondureño ha movido ficha y ha anunciado que la Embajada de Brasil en Tegucigalpa perderá su estatus diplomático dentro de 10 días, aunque ha descartado que esta medida implique que vaya a entrar en las instalaciones de la legación para capturar a Zelaya.
"El privilegio (de Brasil) de tener una misión en Honduras se acaba en 10 días por reciprocidad, pero eso no es un elemento como para decir que el señor Zelaya se queda en la calle o que queda abierto para una intervención para capturarlo", ha indicado en rueda de prensa el canciller del Gobierno de facto, Carlos López. El canciller ha asegurado que el periodo de 10 días no es un ultimátum sino "un plazo de cortesía" para que Brasil aclare y resuelva la situación de Zelaya.
López ha justificado el cese del estatus de la sede de Brasil en Tegucigalpa diciendo que "fue Brasil el que rompió con el actual Gobierno al desconocerlo" y ha asegurado que "si no existe esa relación bilateral evidentemente tienen que despojarse el escudo, pasa a ser una oficina privada".
"Brasil no cumplirá un ultimátum de un Gobierno de golpistas", dijo Lula en declaraciones a los periodistas durante un encuentro de líderes suramericanos y africanos en Venezuela, tras el desafío lanzado el sábado por Honduras para que pusiese nombre a la situación del depuesto mandatario. Además, el mandatario brasileño reclamó que Micheletti se disculpe por las amenazas de "medidas extraordinarias" si vencía el plazo de 10 días dado a Brasil y éste seguía sin definir el estatus de Zelaya.
Nuevo decreto para limitar las libertades
También este domingo (madrugada del lunes en España) el Gobierno de Roberto Micheletti ha dictado un decreto que le permite suspender la libertad de expresión, prohibir las protestas y suspender grupos de comunicación si "perturban la paz".
Según la copia del decreto obtenida por Reuters, fechada el 26 de septiembre, el ministro de Interior de facto, Oscar Matute, insta a que todos los medios de comunicación que inciten a la violencia sean regulados. Las fuentes consultadas por la agencia británica afirman que el decreto ya ha sido impreso en el boletín oficial del estado.
Micheletti impide la entrada al país a cuatro diplomáticos de la OEA
Algunas horas antes, el Gobierno de Micheletti impedía la entrada en Honduras de cuatro diplomáticos de la Organización de Estados Americanos (OEA), informaban fuentes próximas a los hechos. Oficiales de Migraciones en el aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa han indicado que no se le permitió el ingreso al país a un grupo de funcionarios de la OEA, sin dar más detalles del número o la identidad de los diplomáticos.
El grupo de funcionarios del organismo regional viajaban al país centroamericano con la esperanza de facilitar una solución a la grave crisis política que atraviesa Honduras tras el golpe de Estado que derrocó de la presidencia a Manuel Zelaya el pasado 28 de junio y su posterior regreso al país y refugio en la embajada brasileña.
Una fuente de una línea aérea ha confirmado que cuatro personas con pasaporte diplomático de la OEA fueron embarcadas a última hora a un vuelo con destino a San José, aunque no pudieron precisar sus nacionalidades. Según fuentes de esa aerolínea, un quinto diplomático pudo entrar en el país.
El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH) también ha confirmado la información de que un grupo de diplomáticos de la OEA no pudo entrar al país, aunque tampoco ha aportado más detalles sobre los funcionarios. La emisora Radio Globo ha informado del incidente y del ingreso al país de la hija del presidente de facto, Bianca Micheletti, que es funcionaria de la Embajada de Honduras en Estados Unidos.
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