El Presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva, enfatizaó que no cumplirá el ultimátum de 10 días que dio el Gobierno de facto de Honduras para definir el estatus del depuesto mandatario Manuel Zelaya, refugiado desde hace días en la embajada brasileña en Tegucigalpa.
El mandatario brasileño agregó que las leyes internacionales protegen la sede diplomática y exigió una disculpa del gobernante interino, Roberto Micheletti.
"Brasil no tolerará un ultimátum de un Gobierno golpista", dijo Lula a periodistas tras participar en una cumbre América del SurAfrica que se celebra en la turística isla de Margarita, en el caribe venezolano.
El Gobierno, que asumió el poder tras el golpe de Estado militar contra Zelaya el 28 de junio, pidió el sábado a Brasil que su embajada en Honduras no sea utilizada para llamar a la insurrección y dio un plazo de 10 días para que clarifique la condición de Zelaya antes de "tomar medidas adicionales", que no fueron especificadas.
"Si entran por la fuerza, estarán cometiendo un acto que rompe las normas internacionales", agregó Lula. Zelaya entró clandestinamente en el dividido país centroamericano y se atrincheró en la embajada brasileña el lunes, donde está en condición de huésped, presionando para recuperar la presidencia.
Lula había dicho que el Presidente depuesto, cercano aliado del venezolano Hugo Chávez, podría quedarse allí el tiempo que quisiera.
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