martes, 13 de abril de 2010

Cardemal Osacar Andrés Rodríguez, tambíen protegío cura pedófilo en Honduras

La Iglesia católica no está en caos, ni tambaleándose, debido a los muchos casos de pedofilia cometidos por algunos de sus sacerdotes en Europa y América en grave perjuicio de niños inocentes.  La Iglesia está segura aún cuando su imagen ha sido dañada por los sacerdotes aberrados que—a lo largo de los años—abusaron sexualmente de la niñez. Quien está ahora mismo implicado en el escándalo es el pontífice romano Benedicto XVI ya que, desafortunadamente, se ha comprobado que, a sabiendas de la conducta libertina de algunos sacerdotes, guardó silencio e hizo caso omiso de lo insólito siendo cardenal en Munich y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El obispo John Cummins, de Oakland, California, envió una misiva al Vaticano en 1981 solicitándoles a las autoridades eclesiásticas que se expulsara al cura Stephen Keisle acusado de abusar sexualmente de seis niños en 1978. El obispo no recibió ninguna respuesta y volvió a escribirle al entonces cardenal Joseph Ratzinger, una segunda misiva en 1982 insistiendo en la destitución del padre Keisle. El entonces cardenal Ratzinger tardó cuatro años en contestarle las misivas al obispo Cummins, y únicamente para decirle—en latín—que el tema se abordaría “en el momento oportuno.” La carta de Ratzinger ha sido divulgada por el abogado Jeff Anderson y confirma la renuencia del entonces cardenal Ratzinger, de destituir al aberrado sacerdote Stephen Keisle “por el bien de la Iglesia Universal.” Es decir—así lo comprendo—que el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, le dio más importancia a la imagen y a la reputación de la Iglesia que al bienestar emocional de los niños. Y por eso fue que el ahora papa Benedicto XVI se opuso a la expulsión de Keisle y razón por la que tardó cuatro años en contestar las cartas del obispo de Oakland. El asunto de las cartas pidiendo la destitución del padre Keisle y el silencio del cardenal Joseph Ratzinger se ha convertido en una revelación que reportan los noticieros televisivos estadounidenses. Miles de católicos en los Estados Unidos piden la renuncia del ahora papa Benedicto. El Vaticano no ha dado explicaciones satisfactorias al asunto  limitándose a informar que la prensa internacional, muy especialmente la estadounidense, ha iniciado una campaña cuyo propósito es desprestigiar al pontífice. Eso no es cierto. La prensa internacional se limita únicamente a informar hechos comprobados. Existen las cartas de Cummins y una, tan sólo una, respuesta del entonces cardenal Ratzinger, escrita cuatro años despuéVista previas de recibir las cartas del obispo de Oakland.


     Este nuevo caso de pedofilia es uno más que se suma al escándalo en que se ha visto implicada la Iglesia católica en Austria, Irlanda, Alemania, Holanda, Estados Unidos, Australia y América Latina. Tal parece que sólo en Honduras los sacerdotes son santos…o eunucos, pues no se reportan casos de pedofilia, sin embargo, leyendo el libro titulado “The Inventor” (adquiérase en amazon.com o Barnes & Noble) del escritor, periodista y diplomático francés, W. E. Gutman, nos damos cuenta que el padre Antonio Quetglas, vicario de la diócesis de Tegucigalpa, responsabilizó a los judíos por la investigación que se le siguió al cura párroco Enrique Vásquez Vargas, pedófilo confeso, diciendo: “La investigación es una conspiración mundial judía para desviar la atención de las atrocidades israelíes contra los palestinos.” Gutman se pregunta, en su libro, si el padre Quetglas exteriorizó su propio criterio o acaso hizo eco de la voz de su superior, el cardenal Oscar Andrés Rodríguez. Según el libro de Gutman, también existe la posibilidad de que se trató de desviar la atención de un escándalo sexual dentro de la Iglesia católica hondureña atizando el fuego del antisemitismo. El cardenal Rodríguez Maradiaga, de estrella ascendente dentro de la Iglesia Universal, sancionado debido a supuestas declaraciones antisemitas, pero prontamente absuelto, había enviado al padre Vásquez Vargas a dos remotas parroquias hondureñas. También defendió a Vásquez al internarlo en dos “centros” de tratamiento reservados para el clero, alegando que prefería “ir a la cárcel antes de dañar a uno de mis curas.” El padre Vásquez Vargas, originario de Costa Rica, escapó de su país en 1998 viajando a Estados Unidos donde sirvió en dos diócesis, antes de llegar a nuestro país donde, finalmente, fue detenido en el 2007. El cardenal hondureño fue criticado duramente en Estados Unidos, en el 2003, cuando caracterizó a los medios, que cubrían el escándalo, de ser “protagonistas de una persecución contra la Iglesia.” El libro de Gutman, describe al cardenal Rodríguez diciendo: “El cardenal es ambicioso y arrogante. Se relaciona con los ricos y famosos. Desprecia a los pobres. Sus sermones son más políticos que pastorales y, en pláticas privadas, se expresa despectivamente de los judíos.” El cardenal debe explicar la situación moral de la Iglesia hondureña para tranquilidad de los feligreses. Benedicto XVI no renunciará. El último papa en renunciar fue Gregorio XII, en 1417.

1 comentario:

  1. Sueño en que algun dia tengamos Independencia y libertad en nuestra Patria Honduras, sueño en que algun dia los militares sean los defensores del pueblo y no su azote. sueño en que algun dia su eminencia el cardenal oscar andres rodriguez salga alos barrios pobres y pueblos de nuestra Honduras a oficiar misa alos desconzolados y a pedir a Dios por los enfermos. en donde esta el cardenal oscar andres rodeiguez? anda con sus compadres y sus amigos, entre ellos: empresarios, politicos gobernantes. embajadores y altos jerarcas militares. BENDICE NUEVOS IMPUESTOS, PROMUEVE GOLPES DE ESTADO Y BAUTIZA LAS ARMAS CON LAS QUE ASESINARAN A NUESTRO PUEBLO. PERTENECE ALA OLIGARQUIA Y NO CONOCE LA MESERIA DE NUESTRO PUEBLO

    ResponderEliminar