El Cardenal Óscar Andrés Rodríguez estará el 20 de mayo en Roma, invitado por la Comunidad de San Egidio y el Instituto Italo-Latino Americano, paradójicamente para hablar de los cambios en América Latina ("Más allá de la violencia y la pobreza. Cambios propuestos para América Latina").
El Cardenal Óscar Andrés Rodríguez estará el 20 de mayo en Roma, invitado por la Comunidad de San Egidio y el Instituto Italo-Latino Americano, paradójicamente para hablar de los cambios en América Latina ("Más allá de la violencia y la pobreza. Cambios propuestos para América Latina").
Diferentes organizaciones se están movilizando para rechazar la presencia de Rodríguez. No sería la primera vez que el también presidente de Caritas Internacional tenga que suspender su viaje.
Hace unas semanas, Oscar Rodríguez tuvo que suspender su viaje a Francia, donde el Instituto Católico de París le iba a entregar un doctorado honoris causa.
Según un comunicado emitido por la embajada de Honduras en Francia, "Esta decisión es debida a las presiones fuertes ejercidas por diferentes sectores a nivel nacional e internacional", que se oponen a la entrega de este reconocimiento "a uno de los autores principales del golpe de Estado en Honduras", y que también ha sido acusado por algunas organizaciones hondureñas "de delitos de corrupción y de malversación de fondos públicos".
Al purpurado se le vincula con la asonada política, religiosa, militar que sacó del Poder al entonces Presidente Manuel Zelaya Rosales en junio de 2009, y había advertido que habría un baño de sangre, si Zelaya retornaba al país en ese entonces.
Pocos días antes del fatídico 28 de junio, la jerarquía católica hondureña había expresado públicamente su desacuerdo con el proyecto y la instalación de la Cuarta Urna y de una Asamblea Constituyente. "Yo no miro claro el panorama, porque lo que se ha dado en Venezuela se está dando en Honduras, se dio en Bolivia y en Ecuador. Yo aquí en todo miro la mano del presidente venezolano Hugo Chávez y el país no se puede entregar al chavismo ni a nadie, pues queremos seguir siendo libres e independientes”", dijo monseñor Darwin Andino, obispo de la capital, un día antes del golpe.
Aun más fuerte y clara la posición de la Conferencia Episcopal de Honduras. Durante su discurso ante los medios, el cardenal Rodríguez dio lectura al comunicado de los obispos. "La destitución de Zelaya servirá para edificar y emprender un nuevo camino, una nueva Honduras (…) es un nuevo punto de partida para el diálogo, el consenso y la reconciliación”.
Muchos también los señalamientos acerca de un supuesto involucramiento del Opus Dei en el golpe.
"En Honduras el Opus Dei está encabezado por el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quien a pesar de haber sido sacramentado dentro de la congregación Salesiana, desde hace dos década es cooperante y miembro activo de la organización", escribe el sociólogo Marco Burgos.
El Opus Dei en Honduras tiene profundas conexiones con el mundo de la política y los poderes fácticos, y en varias ocasiones se ha enfrentado al presidente Manuel Zelaya. Y esto pese a que en su gobierno y en el partido al que pertenece, y que lo llevó a la presidencia, hubiese varios miembros de ese sector fundamentalista.
"La oposición constante de Manuel Zelaya y parte de su equipo de trabajo a la ingerencia de esta rama fundamentalista de la Iglesia Católica, hizo que este grupo se convirtiera en parte de los Golpistas, después de que Zelaya los había considerado como parte de su fórmula política", explica Burgos en su escrito.
Entre los principales temas de conflicto con Zelaya hay que destacar el veto presidencial al decreto legislativo que proponía la prohibición de la "píldora del día después" (aprobada de inmediato después del golpe) y el plan del Ministerio de Educación para iniciar programas de educación sexual en los colegios.
"El Cardenal Rodríguez Maradiaga y Marta Lorena Alvarado (ex vice canciller usurpadora) como parte de una comisión del Opus Dei, han sido los instigadores para evitar que una Agencia de Cooperación de la Iglesia Católica Irlandesa en Honduras siga apoyando programas de educación y efectiva igualdad de la mujer en el país.
Sus lastimosas intervenciones ante el Vaticano y ante la jerarquía de la Iglesia irlandesa -continúa Burgos- han afectado varios programas que son promovidos por organizaciones de las Naciones Unidas y apoyados por esta agencia, en un nuevo y claro ejemplo de la intervención de la Iglesia en el Gobierno".