Tras la visita de 10 días a Honduras, Amnistía Internacional ha pedido que se realice una investigación independiente para asegurar que todos los responsables de abusos a los derechos humanos sean llevados a la justicia y que se le brinden reparaciones a las victimas.
En entrevista concedida a Radio Nederland, Javier Zúñiga, director de la delegación de AI, dice que se han cometido severas violaciones a los derechos fundamentales, sobre todo durante el tiempo electoral, y habla de violaciones a la libertad de expresión, de prensa y de movimiento. Además, los representantes de Amnistía han constatado que se han cometido actos arbitrarios de arrestos en ciudades como San Pedro Sula, la segunda ciudad en importancia en Honduras, después de la capital, Tegucigalpa.
Casos documentados
En el contexto de polarización en el que vive la sociedad hondureña, existen opiniones divergentes sobre la delicada cuestión de los derechos humanos. Hay quienes denuncian que se han cometido numerosos delitos; otros, por el contrario, aseguran que ha reinado y reina la tranquilidad en el país, y acusan a algunos sectores de faltar a la verdad en esta materia.
Sin embargo, Javier Zúñiga sostiene que la delegación por él encabezada ha podido documentar muchos casos de violaciones a los derechos humanos que se han producido desde el 28 de junio, día en que Manuel Zelaya fue derrocado del poder por un golpe de Estado.
“Tenemos documentos, fotografías, y testimonios de personas que fueron reprimidas durante esta época”, afirma Zúñiga, quien explica que el gobierno de facto creó toda una estructura legal con decretos, directivas y ejecutivas que sirvieron de fundamento para esta represión.
“Es una verdad que no se puede negar y hemos recabado pruebas”, dice.
En un comunicado oficial, Amnistía Internacional ofrece el testimonio de una de las víctimas de la represión: “El 23 de septiembre, Marta (no es su nombre real) fue atacada por la policía cuando ella participaba en una manifestación. Fue golpeada por una lata de gas lacrimógeno, que además le quemó una pierna y le causó problemas de respiración. Cuando Marta se escondía de los gases en una iglesia, la policía la alcanzó y le pegó tan fuerte que le rompió un brazo. Marta no fue al hospital hasta varios días después del incidente porque tenía miedo de que la policía la intimidaría allí. Su brazo todavía no se ha recuperado y las quemaduras en su pierna todavía son visibles”.
No se debe emitir un cheque en blanco
Con toda la información recopilada, AI redactará un informe y hará una serie de recomendaciones a las nuevas autoridades de Honduras. La principal recomendación es que se tomen medidas de corrección y reparación y que se anulen todos los decretos, órdenes forales y otras directivas que se han emitido para limitar los derechos humanos.
Javier Zúñiga constata que se ha habido una pérdida casi total de confianza en las instituciones del Estado: la Fiscalia, el Ministerio Público, los tribunales y la policía, y considera imprescindible que se reconstruya esa confianza.
En cuanto a la comunidad internacional, Amnistía Internacional pide que no se emita un cheque en blanco a las nuevas autoridades hondureñas sin antes tener un calendario concreto de cómo van a mejorar y proteger los derechos humanos de los hondureños.
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