Estados Unidos defendió ayer su balance en materia de derechos humanos ante una lluvia de duras críticas de los miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, radicado en Ginebra (Suiza). Cuba y Venezuela, por ejemplo, denunciaron las torturas del ejército estadounidense en la base de Guantánamo, en Iraq y en Afganistán. Al iniciarse la sesión, la secretaria de Estado adjunta estadounidense ante las Organizaciones Internacionales, Esther Brimmer, aseguró que este Examen Periódico Universal, que por primera vez obliga a Estados Unidos a defenderse frente a otros países, “representa una etapa en nuestro largo compromiso parapromover los derechos humanos”.
La delegación de Washington intentó abogar a favor del compromiso de la Administración de Barack Obama con el multilateralismo y el Estado de derecho. Hasta que se inició el turno de críticas.
Cuba y Venezuela fueron los primeros países en intervenir después de Brimmer. Poner fin al bloqueo de Cuba, liberar a cinco presos políticos cubanos “detenidos arbitrariamente en Estados Unidos”, juzgar a los acusados de torturas en Guantánamo, Iraq y Afganistán, poner fin a “los crímenesde sus tropas en el exterior” fueron algunas de las recomendaciones expresadas por La Habana y el portavoz de Caracas.
El secretario de Estado adjunto para Derechos Humanos, Michael Posner, reconoció que “no estamos satisfechos con el statu quo. Continuaremos mejorando nuestras leyes”. Pero la lluvia de críticas continuó.
Cuba y Venezuela instaron a Washington a “ratificar numerosos tratados internacionales sobre derechos humanos, derogar la pena de muerte, acabar con los juicios militares a los sospechosos de terrorismo y tomar medidas para reducir sus emisiones contaminantes”.
También Suiza y Brasil
Los tradicionales enemigos diplomáticos de la Casa Blanca no fueron los únicos en ser duros con la política estadounidense. Las posiciones de Cuba y Venezuela fueron secundadas por Irán, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, pero también por Brasil, México e incluso Suiza.
Bolivia se centró en la discriminación de los pueblos indígenas en Estados Unidos y exigió “la extradición de personas acusadas de crímenes de guerra”, en alusión a varios nicaragüenses. Brasil y México denunciaron las condiciones de los inmigrantes en Estados Unidos y pidieron “estudiar alternativas” a las detenciones de los sin papeles, en referencia a la polémica Ley de Inmigración de Arizona.
Uno de los países más moderados fue Ecuador. Destacó “los evidentes esfuerzos de Obama” por mejorar el respeto a los derechos humanos, aunque, como todos, pidió el fin de las torturas de presos en Iraq y Afganistán.
Creado en 2006, el Examen Periódico Universal permite revisar y regular la situación de los derechos humanos en cada uno de los 192 miembros de la ONU.
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