De Luis Ayllón (el 30/04/2010 a las 19:02:02, en Honduras, 103 Visitas)
Vuelvo a escribir sobre Honduras. No es que sea el asunto de actualidad más palpitante, pero durante mucho tiempo el sombrero de Zelaya ocupó las páginas de los diarios y los espacios informativos después de que Michelleti pusiera al entonces presidente de patitas en la calle. Ahora, cuando se había abierto una vía de solución a la crisis, con la elección de Porfirio Lobo, los apoyos internacionales no están siendo todo lo fuerte que debieran y el nuevo presidente está con el agua al cuello sometidos a las presiones internas.
La actitud del Gobierno español no deja de ser preocupante. Sigue mirando a Lobo como un apestado reconociéndole la legitimidad del cargo con la boca pequeña y no yendo más allá de lo estrictamente necesario. El último desplante ha sido la decisión de Moratinos de no acudir a la constitución de la Comisión de la Verdad destinada a conocer lo ocurrido en Honduras antes, durante y después del golpe de Estado del 28 de junio pasado.
En realidad, el Gobierno hondureño se anticipó a anunciar su presencia cuando el ministro no la había confirmado en ningún momento, pero lo cierto es que el Ejecutivo español podía haber enviado a algún alto cargo al acto y no dejar limitada su representación al embajador en Tegucigalpa, Ignacio Rupérez, que está haciendo una buena labor para intentar normalizar las relaciones entre los dos países.
Lobo, eso sí, ha sido invitado a la Cumbre UE-América Latina de Madrid y habrá que ver de que manera su presencia influye en el desarrollo de la misma, sobre todo si el bloque bolivariano mantiene su distanciamiento.
Mientras, parece que las autoridades hondureñas, tras el fallido intento de nombrar a Emin Abufele embajador en España, lo van a intentar con Norman García, que fue embajador en Washington y ministro en el Gobierno Maduro.
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