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domingo, 23 de mayo de 2010
Honduras: Se desató la protesta contra la presencia del cardenal Rodríguez en Italia
La presencia del cardenal Oscar Rodríguez en Roma, el pasado 20 de mayo, no pasó desapercibida.
Era justamente ese el objetivo de las diferentes organizaciones y movimientos sociales, asociaciones y partidos políticos que promovieron el envío de un documento de rechazo a la presencia del cardenal hondureño en Italia, por considerarlo coautor y participe del golpe cívico-militar que ha ensangrentado el suelo hondureño.
"NO GRATO" fue el escueto pero significativo mensaje que apareció en el "objeto" de la avalancha de e-mail, que fueron reenviados a la Comunidad San Egidio y al Instituto Italo-LatinoAmericano (IILA), organizaciones que invitaron a Mons. Oscar Rodríguez Maradiaga para hablar de "los cambios en América Latina".
Sin embargo, su presencia no solo no pasó desapercibida, lanzando de esa manera una clara advertencia de que en cualquier parte del mundo vayan, los responsables y co-responsables del golpe en Honduras serán señalados por los delitos cometidos, sino que se levantaron voces en medio del propio acto, recordando a los presentes lo absurdo de esta incómoda presencia en Italia.
La periodista y defensora de los derechos humanos Annalisa Melandri, quien en los días pasados había denunciado la presencia del Cardenal en Italia (www.annalisamelandri.it), se hizo presente en la actividad y dio lectura a una carta en la que volvió a expresar el sentir de millones de personas que en el mundo se han solidarizado con el pueblo hondureño en resistencia.
"Usted habló aquí de derechos humanos y de pobreza, y quiero compartir con ustedes una reflexión”, dijo Melandri al terminar la intervención del cardenal Rodríguez.
“Por cuánto concierne los derechos humanos, creo que hay que tomar en cuenta que siempre existen dos actores: quien comete la violación y quien es violado. Generalmente cometen violaciones el Estado y sus aparatos. Si yo secuestro a una persona y la torturo, seré incriminada y presumiblemente condenada por secuestro de persona, violencia privada o intento de homicidio.
Un Estado que secuestra, tortura o asesina a personas – continuó la periodista italiana – posiblemente sea condenado por organismos internacionales por tortura, desaparición forzada o por ejecuciones extrajudiciales, que son crímenes de lesa humanidad permanentes e imprescriptibles”.
Para Melandri hay también otro elemento, otros actores en esta tragedia, es decir quiénes legitiman las violaciones a los derechos humanos, quiénes las bendicen y, de esa manera, se vuelven cómplices de la impunidad de los criminales.
“Hablando de violaciones a los derechos humanos y pobreza, es evidente que los Estados cometen violaciones a los derechos humanos cuando quieren garantizar privilegios en detrimento de las masas populares (pobres) y, por lo tanto, nos parece muy extraño y paradójico la invitación que se le hizo al cardenal (Rodríguez) Maradiaga, quien desde el primer momento bendijo el golpe de Estado en Honduras”.
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