No es la primera vez que Lagos es víctima de agresiones por parte los uniformados; desde que se perpetró el golpe de Estado en junio de 2009, a finales del año anterior denunció que vehículos de doble tracción similares a carros que usa la embajada de Estados Unidos lo habían perseguido por varias zonas de la capital en el instante que se movilizaba, recepción de mensajes de texto con frases amenazantes. La última acción fue el viernes 10 de septiembre de 2010 a las 4:30 de la tarde en Tegucigalpa.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El Director Fundador de este medio de comunicación, Johnny José Lagos Henríquez, denunció que dos vehículos pertenecientes a las Fuerzas Armadas de Honduras atentaron contra su vida la semana anterior en la capital. Lagos relató que dos vehículos Chevrolet Suburban embistieron el auto en que se conducía a la altura del Hospital Escuela, instante en que se transportaba hacia otro punto de la ciudad.
“Los militares que se conducían en la suburban me quedaban observando fijamente y yo los miré a los ojos, hablaron en susurros entre ellos mientras los miraba detenidamente. Luego, eso ocurrió por el fuerte congestionamiento habitual en esa zona, sobre todo, los viernes en horas de la tarde. Al avanzar encendieron las sirenas de sus carros y fueron directos a embestir el carro en que iba que, desde luego, en tamaño es muy inferior a los transportes militares. Ese modelo de carro son usados también por efectos de las Fuerzas Armadas que permanecen en Casa de Gobierno” relata Johnny Lagos, y responsabiliza a los organismo de seguridad de cualquier ataque que sufra él, su familia y los empleados de EL LIBERTADOR.
No es la primera vez que Lagos es víctima de agresiones por parte de los uniformados; desde que se perpetró el golpe de Estado en junio de 2009, a finales del año anterior denunció que vehículos de doble tracción lo habían perseguido por varias zonas de la capital en el instante que se movilizaba, recepción de mensajes de texto con frases amenazantes. Sus hijos también ha manifestado que ahan observado seguimientos.
Incluso, en ocasiones, personas extrañas han estacionado sus carros al lado del que ellos se mueven y los han provocado, lo mismo ha pasado con los compañeros del Departamento de Circulación mientras transitan por la capital realizando su trabajo cotidiano. En noviembre de 2009, en pleno gobierno de facto, la hija mayor del Director de EL LIBERTADOR fue quemada viva dentro del carro en que se conducía, fue encontrada incinerada y con alambres enrollados en la muñecas de las manos.
Diez días antes del golpe de Estado, 18 de junio de 2009, el juez de lo Contencioso Administrativo, Jorge Alberto Zelaya Zaldaña, le ofreció cinco años de cárcel más multa monetaria a Jhonny Lagos, por haber consultado al pueblo si estaba de acuerdo o no en que se redactara una nueva Constitución Política que diera más oportunidades de participación y acceso a la riqueza a más de siete millones de hondureños que viven bajo la línea de la pobreza".
Durante la dictadura, Lagos fue informado de un plan maquinado por el dictador Micheletti y por Martha Lorena Alvarado, segunda cara visible del gobierno de facto y miembro laboriosa de la secta católica fundamentalista conocida como "Opus Dei". El plan consistía en capturar al Director de EL LIBERTADOR y enviarlo directamente a la Penitenciería Nacional (PN), donde sería asesinado por un reo (Eso lo informo un militar de alto rango que escuchó la conversación y no compartía la maldad de ambos personajes). A partir de Ahí EL LIBERTADOR no dejó de circular, pero la Sala de Redacción fue llevada a la clandestinidad para proteger al resto de compañeros, porque el blanco era Lagos y quiso arriesgar al resto de compañeros del periódico.
Durante la clandestinidad, fueron encontrados por miembros de la Policía y del Ejércirto que merodeaban el lugar donde se encontraban, en ese contexto, el lugar fue allanado por indiviudos empistolados, díez minutos antes del asalto, Lagos había salido a un café, los el personal que se encontraba en ese momento fue metido en un cuarto de baño, las mujeres fueron manoseadas por los supuestos asaltantes, luego se marcharon del lugar con las mochilas de los comunicadores, información grabada, documentos de investigación y las computadoras potátiles. El robo sólo implicó aperos de trabajo de los periodistas de EL LIBERTADOR.
Otros compañeros del periódico han sido secuestrados y torturados, otros han sido bajados de taxis por militares y policías y los han agarrado a patadas en la vía pública, a otras compañeras les ha dicho: "Ya sabemos dónde trabajas perra", tipo vestido de civil, pero sin perder el trato despectivo hacia las mujeres y hombres que en general muestran los elementos de la Policía y del Ejército hacía la población. A un reportero gráfico del periódico secuestrado y quemado con brasas de cigarrilos le dijeron los secuestradores: "Lo que te vamos a hacer a vos es poco, decile a Jhonnito (Jhonny Lagos) que a él y a su familia le va a ir peor, los vamos a matar".
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