El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, reconoció hoy su decepción al término de la Cumbre de jefes de Estado del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) por la falta de avances, en forma de declaración conjunta, en la normalización de la relación de Honduras con el organismo.
"Me hubiera ido más satisfecho de la reunión de hoy, si al final hubiéramos logrado una resolución que permitiera dar marcha atrás a la decisión que se tomó exactamente hace un año en Nicaragua", expresó Funes a periodistas al término de la Cumbre.
El presidente hondureño se refería al acuerdo suscrito por los jefes de Estado del SICA en Managua el 29 de junio de 2009, un día después del golpe de Estado contra Manuel Zelaya, con medidas para aislar al Gobierno de facto.
Señaló que la decisión de reintegrar a Honduras le hubiera dado la oportunidad "a su pueblo y no a los políticos", de volver a estar en la sociedad centroamericana y "poder gozar de algunas ventajas de las que hoy no puede por estar aislada" del concurso internacional.
"Hay quienes sostienen que Honduras está de facto en el SICA por su presencia en esta reunión y en la que se celebró en Madrid, cuando firmamos el acuerdo de Asociación con la Unión Europea, pero para cerrar el capítulo y dejar las cosas claras es mejor una resolución contundente y enérgica", dijo.
No obstante, indicó que El Salvador será sede el 20 de julio próximo de una reunión extraordinaria de los países miembros del SICA, donde se volverá a plantear la vuelta de Honduras a la organización regional.
Señaló que para la reunión en San Salvador se solicitó la anuencia de Panamá, actual presidente de turno del SICA y de Belice, a quien le corresponde tomar el relevo al frente del organismo regional.
Además, señaló que en ese encuentro "el Gobierno de El Salvador presentará un documento que actualizaría el proceso de integración de Centroamérica después de 50 años, ya que no es más una sociedad agraria atrasada sino una sociedad moderna".
Destacó que la Cumbre de Panamá ha sido un paso hacia el replanteamiento y el relanzamiento del esfuerzo integracionista después de muchos meses, en alusión al año que han estado los presidentes de la región sin reunirse debido, entre otras razones, a la crisis de Honduras.
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