Al salir de un programa de televisión, un grupo de hondureños en resistencia han calificado al autor intelectual del golpe de Estado en Honduras de asesino, por haber ordenado la ejecución de más de 130 hondureños que se opusieron a su régimen tirano.
Tegucigalpa. “Yo no soy asesino, nunca he matado, ni siquiera en pensamiento” dijo el dictador Roberto Micheletti en un tono muy nervioso e irascible, cuando fue asediado por medios de comunicación al salir de un programa televisivo.
La reacción de Micheletti contrasta con la espontánea protesta realizada por un grupo de mujeres que le gritaban sin cesar “asesino, asesino asesino” en las afueras del edificio “Torre Libertad” donde funciona el canal 10, más conocido como “Televisión Educativa Nacional”, en donde sostuvo una entrevista con el portavoz de Jorge Canahuati larach, propietario de los diarios El Heraldo y La Prensa, Armando Villanueva, que también es servidor incondicional de Micheletti.
Ante los gritos de la población en resistencia, el dictador no tuvo otra alternativa que salir por la parte trasera del edificio, que bajo un fuerte despliegue de seguridad, tuvo que ser trasladado hacia otro lugar, para sentirse “seguro” de los epítetos que recibió.
En tanto, en las afueras un grupo de mujeres en un acto simbólico, lavaron las aceras y la bandera hondureña, en señal de rechazo al dictador; mientras realizaban el acto, al unísono gritaban: “A lavar, a lavar la vergüenza nacional”.
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