TEGUCIGALPA, 26 (ANSA) - A un año del golpe de Estado en Honduras persiste el antagonismo fuerte entre los estratos sociales, mientras el país se hunde más en la pobreza con un gobierno débil que no logra el reconocimiento de la comunidad internacional y no ha puesto un freno a la violación de los derechos humanos y la impunidad.
Con el derrocamiento Manuel Zelaya el 28 de junio de 2009 se profundizó la confrontación entre sectores sociales y grupos de poder económico y político que históricamente han gobernaron en Honduras a través de los partidos Liberal y Nacional.
Este hecho, según analistas locales, impide una reconciliación en el corto plazo si no existe un cambio o una reforma de la constitución, lo que propiciaba el ex mandatario cuando fue sacado del poder.
Zelaya fue expulsado violentamente del país por los militares que tenían el apoyo de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, las autoridades del Ministerio Público, diputados del Congreso Nacional, dirigentes de partidos políticos, empresarios y la jerarquía de las iglesias evangélicas y Católica, que contaron con el respaldo de la mayoría de los medios de comunicación.
El golpe de Estado, disfrazado como "sucesión constitucional", fue justificado por los golpistas como la única forma de frenar la intención de Zelaya de realizar una encuesta popular con el propósito de auscultar si el pueblo estaba de acuerdo con la instalación de una asamblea nacional constituyente para reformar la constitución, y el acercamiento al presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
El golpe le abrió paso a Roberto Micheletti, presidente del Congreso, para que sustituyera en el poder a Zelaya, quien estuvo refugiado alrededor de cuatro meses en la embajada de Brasil en Tegucigalpa y actualmente se encuentra exilado en República Dominicana, desde el 27 de enero de este año, fecha en la que asumió Porfirio Lobo.
Los esfuerzos de la comunidad internacional por restituir a Zelaya resultaron infructuosos, dado que el gobierno de Estados Unidos apoyó las elecciones generales que se realizaron en noviembre bajo el gobierno de facto de Micheletti y en las que resultó electo Lobo.
Los comicios fueron desarrollados en medio de cuestionamientos de ilegalidad por parte de otras naciones debido a la represión que imperaba en el país.
Las fuerzas antagónicas continúan aglutinadas en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y la Unión Cívica Democrática (UCD), que se aprestan a conmemorar con manifestaciones el primer año del golpe de Estado.
El coordinador del FNRP, Juan Barahona, dijo a ANSA que "los de la resistencia vamos a realizar el lunes movilizaciones en todo el país, y nuestras consignas principales serán la convocatoria de la asamblea nacional constituyente, el retorno del presidente Zelaya sin condiciones, el cese de asesinatos de miembros de la resistencia y de la represión brutal en todo el país". JMG
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