lunes, 12 de octubre de 2009

Honduras: ¿diálogo y "ley mordaza"?

Redacción

BBC Mundo


La promulgación de un decreto oficial que permite al gobierno interino de Honduras clausurar los medios que "incitan a la violencia o el odio" es percibido como una amenaza directa por Canal 36 y Radio Globo, dos medios que han denunciado la situación hondureña desde que el presidente Manuel Zelaya fuera depuesto a finales de junio.


"Es una mordaza más para intimidar; nos están diciendo que si seguís, el medio se te va a quitar", dijo a BBC Mundo Alejandro Villatoro, propietario de Radio Globo.

También el director de Canal 36, Esdras López, ve el nuevo decreto como un ataque directo. En su opinión, tiene como objetivo último que Roberto Micheletti -a la cabeza del gobierno interino- "se haga a título personal con media docena de frecuencias que pertenecen a nuestra empresa".

El nuevo decreto se superpone a otro emitido el 28 de septiembre, que sacó del aire a ambos medios y fue derogado hace una semana, aunque todavía no se ha hecho efectiva su anulación.

Estipula el cierre de medios de comunicación si se considera que éstos difunden contenidos que pone en peligro la "seguridad nacional".

David Romero, director de Radio Globo, explica que con la derogación del primer decreto "podremos salir al aire", pero con el segundo "tendremos que condicionarnos. No podríamos permitirnos llamar a nadie del público, porque cualquier cosa que nos digan sería un riesgo".

"Si estamos invitando para manifestarnos, pueden tomarlo como una incitación a la violencia, suficiente para cerrar la radio", dice.

De acuerdo al periodista, "pretenden cortar las vías de comunicación de la resistencia", lo que hace que ni Canal 36 ni Radio Globo contemplen la posibilidad de volver a emitir, al menos por ahora.

¿Violencia?


Según estipula el decreto, el gobierno podría clausurar -indemnización mediante- los medios que pongan en riesgo la seguridad nacional o inciten a la violencia. Ni Canal 36 ni Radio Globo creen haberlo hecho desde que se inició la crisis política el 28 de junio.

López asegura que tiene una confirmación del propio gobierno interino de que no existen denuncias en su contra o en contra de Canal 36 por haber violentado la seguridad nacional.

"No hemos llamado a la insurrección nacional, ni mucho menos a la violencia. Nos quieren acusar de instigar a hechos vandálicos como el saqueo de supermercados, pero los reto a que presenten una sola grabación", dice por su parte Romero.

El periodista entiende que a ambos medios se los tome como "voceros de la resistencia". "Dicen que les hemos hecho mucho daño. Nosotros mantenemos una postura independiente, aunque defendemos el proceso de retorno a la democracia y la restitución de Manuel Zelaya", afirma.

Villatoro recuerda que "la resistencia no ha matado a nadie ni ha puesto bombas. Tampoco hay odio, si somos todos hondureños. Ellos lo que quieren es que a la resistencia no se le publique nada".

Divergencias

Se espera que este martes se reanude el proceso de diálogo entre los grupos que apoyan la restitución de Zelaya y los delegados del gobierno de Micheletti. Aunque las conversaciones concluyeron la semana pasada con declaraciones de que había habido avances significativos, lo cierto es que no han habido resultados concretos hasta ahora.
 
En filas del mandatario depuesto se percibe un gran pesimismo y se acusa al gobierno interino de estirar el diálogo en espera de los comicios, aunque confían en que en esta nueva instancia se discuta la eventual restitución de Zelaya al poder.

En Radio Globo consideran que los medios amenazados deben participar en las conversaciones para que se negocie una derogación del nuevo decreto. "La solución debe estar enmarcada en la solución de la crisis general. Ahí estará la salida para que no clausuren estos medios", dice Romero.

En cambio el director de Canal 36 opina que no deben confundirse los temas: "Los medios de comunicación no debemos estar en medio de asuntos políticos. Una cosa son las divergencias políticas que existan, y otra cosa lo que nosotros estamos viviendo. Micheletti pretende vincularnos a una situación política en la que no tenemos nada que ver".

Mientras, Zelaya permanece recluido en la embajada brasileña en Tegucigalpa, a la espera de una solución. El presidente depuesto regresó sorpresivamente a Honduras el 21 de septiembre, pero se encuentra en la embajada de Brasil en Tegucigalpa bajo amenaza de arresto.

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