viernes, 18 de septiembre de 2009

URUGUAY, BOLIVIA Y CHILE A LAS URNAS, ¿Y HONDURAS?

Por Eduardo Kimel



En el tramo final de este año Uruguay, Bolivia y Chile serán escenarios de comicios en los que gobiernos de izquierda o centroizquierda intentarán continuar en el poder, mientras en Honduras el gobierno de facto convocó a elecciones que no son reconocidas por la comunidad internacional.
El 25 de octubre el Frente Amplio (FA) uruguayo buscará la continuidad de la era iniciada por el gobierno del socialista Tabaré Vázquez (2005-2010), que derrumbó la hegemonía histórica de los partidos Nacional y Colorado.
La coalición gobernante presentará como candidatos al ex guerrillero tupamaro José Mujica, el político más popular de Uruguay, y al economista socialdemócrata moderado Danilo Astori, una fórmula que sintetiza la diversidad ideológica que engloba el FA.
El principal rival del oficialismo será el conservador Partido Nacional (blanco) que postulará al ex presidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) y Jorge Larrañaga.
Según todas las encuestas, es muy probable que ambas agrupaciones pasen a una segunda vuelta, prevista para el 29 de noviembre, en la que la ventaja de entre seis y ocho puntos que lleva el FA podría achicarse a favor de los “blancos”, que recibirán el aporte del Partido Colorado, una formación tradicional en franca decadencia que recogería unos 10 puntos pocentuales.

Más nítido se presenta el escenario en Bolivia, donde el presidente Evo Morales tiene amplia ventaja sobre sus rivales para obtener la reelección en los comicios del 6 de diciembre, convocados por aplicación de la nueva Constitución, que plantea la refundación del país con una nueva perspectiva que contempla los intereses de los pueblos originarios.
De acuerdo con las encuestas, Morales, quien asumió su mandato en 2006, tendría asegurado un piso de más de 50 por ciento de los votos, suficientes para ganar ante una oposición fragmentada cuyos candidatos más relevantes son los liberales Samuel Doria, Manfred Reyes, Jorge Quiroga y Víctor Hugo Cárdenas.
El pronosticado triunfo del mandatario se sustentaría en una holgada supremacía en casi todos los departamentos bolivianos, con picos de popularidad en La Paz y Potosí, donde cosecharía más del 80 por ciento según un estudio de Gallup. También ganaría en territorios de la llamada Media Luna opositora, como Santa Cruz y Beni, donde explotaría la visible división de la oposición.
 
En cambio, la Concertación, que gobierna Chile ininterrumpidamente desde 1990, encara la posibilidad real de perder ante la derechista Alianza, conformada por la Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional, cuyo postulante es el millonario empresario Sebastián Piñera.
La Concertación enfrenta varias dificultades: la imagen deshilachada, con un respaldo de apenas un 20 por ciento en los sondeos, de su candidato Eduardo Frei, quien fue presidente de 1994 a 2000; el desgaste natural de casi 20 años de ejercicio del poder y la imposibilidad de trasladar mecánicamente al electorado el respaldo del 70 por ciento que recoge hoy la presidenta socialista Michelle Bachelet.
A esto se suma la aparición de Marco Enríquez-Ominami, un diputado disidente del oficialismo, que, según los sondeos podría superar a Frei en la primera vuelta del 13 de diciembre y pasar al balotaje para disputar la presidencia con Piñera.

En Honduras, en tanto, el panorama electoral está sujeto a la evolución de la institucionalidad tras el golpe de estado que derrocó al presidente constitucional Manuel Zelaya, el 28 de junio pasado.
El gobierno de facto de Roberto Micheletti dio por iniciada la campaña con vistas a los comicios del 29 de noviembre y aseguró que se llevarán a cabo “sean reconocidos o no” por la comunidad internacional, que exige el retorno al poder de Zelaya en el marco del Acuerdo de San José de Costa Rica, apadrinado por el mandatario costarricense, Oscar Arias.
Mientras la Organización de Estados Americanos (OEA) continúa con sus acciones de presión para lograr la reposición de Zelaya en su cargo y Estados Unidos amenaza con acentuar las medidas contra los golpistas, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) hondureño ya oficializó seis candidaturas presidenciales, entre ellas las de los partidos Liberal y Nacional, las fuerzas que se han repartido el poder desde el fin de las dictaduras militares en 1982.
Entre los postulantes a la presidencia, que fueron oficializados antes del golpe, figuran dos dirigentes que apoyan a Zelaya: César Ham de Unificación Democrática y el líder sindical de izquierda Carlos Reyes.
Hasta el momento ninguno de los dos manifestó públicamente que no intervendrá en el proceso electoral, mientas varios líderes del Frente Nacional de Resistencia, que reclama el regreso de Zelaya al poder, propugnan unificar las candidaturas para enfrentar a quienes se encolumnan detrás el gobierno de Micheletti.
Desde su exilio forzoso, Zelaya exigió el cumplimiento del Acuerdo de San José, como única forma de otorgarle legitimidad al proceso electoral

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