"Necesitamos un estado de derecho, no un estado de derecha con privilegios para unos pocos", dijo la dirigente del Partido Liberal y diputada del Parlamento Centroamericano, Gloria Oquelí, al asistir a la instalación de la Primera Asamblea Nacional del FNRP.
El FNRP, surgido a raíz del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 contra el gobierno de Manuel Zelaya, está integrado por organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, humanitarias, de intelectuales y políticos que condenaron la ruptura institucional.
"Tenemos que construir un proyecto político participativo, con metas y objetivos claros", dijo Oquelí.
Miembros y simpatizantes del Frente en todo el país participaron en la reunión, celebrada en la ciudad de Tocoa, del departamento de Colón.
El FNRP ha recogido hasta ahora más de 650 mil firmas a nivel nacional para exigir la convocatoria a una Asamblea Constituyente y el retorno a Honduras del ex presidente Zelaya.
El proceso avanza gracias al trabajo voluntario realizado por activistas en barrios, colonias, caseríos y ciudades de los 18 departamentos, declaró el representante de la comisión para la consulta popular, Eulogio Chávez.
La meta del movimiento es lograr un millón 200 mil adhesiones al llamado a modificar la Carta Magna, a fin de garantizar los derechos de todos los hondureños y democratizar la vida política, económica, cultural y social.
La Constitución, vigente desde 1982, contiene siete artículos pétreos que no se pueden modificar, lo cual imposibilita realizar cambios para eliminar la desigualdad, en un país donde sólo 10 poderosas familias controlan 90 por ciento de las riquezas.
Como resultado de la inequidad y de las políticas neoliberales aplicadas durante los últimos años, Honduras es hoy, después de Haití, el país más atrasado del hemisferio occidental, con más de 70 por ciento de la población en la pobreza.
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